Un estadounidense paga 110 mil dólares para cazar una cabra que es un símbolo en Pakistán

20MINUTOS.ES

  • El gobierno pakistaní permite sacrificar 12 ejemplares de este animal cada temporada.

Cazador con cabra montesa Astor Markhor

El cazador estadounidense, Bryan Kinsel Harlan, se ha convertido en una de las personas más odiadas de Pakistán después de que pagara 110 mil dólares (casi 98 mil euros) al gobierno pakistaní para cazar a un ejemplar de cabra cuernos de bengala, todo un símbolo para el país.

Un vídeo publicado en las redes sociales muestra al cazador escalando las montañas de la región de Gilgit, situada en el norte de Pakistán. En las imágenes, se puede ver el momento en el que Kinsel Harlan mata a una cabra montesa Astor Markhor, cuando ésta estaba sentada con su cría.

Por otro lado, los medios locales han recogido que el cazador estadounidense pagó 110 mil dólares al gobierno de Pakistán para grabar la cacería en una expedición turística a la región del Himalaya del norte pakistaní. Algo que ha motivado una ola de enfado e indigación en las redes sociales, donde muchos usuarios cuestionan por qué no existe una ley que regule la caza de estos animales.

El gobierno pakistaní ha defendido su postura alegando que los permisos de caza en realidad ayudan a salvar las especies de la su extinción, dado que estas licencias disuaden a los cazadores furtivos. Algo que difiere del peligro de extinción en el que se encuentra la cabra Astor Markhor.

Según datos del año 2011, sólo quedaban 2.500 ejemplares de este tipo de cabras, una especie amenazada por la caza ilegal, la acción militar y la progresiva deforestación.

Aunque, en el año 2015, la población de Astor Markhor se recuperó, por lo que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza rebajó la amenaza que existía para la especie a «casi amenazada».

El Ejecutivo de Pakistán permite que 12 cabras de esta especie sean sacrificadas, previo permiso admnistrativo, cada temporada. El dinero que los cazadores deben pagar para dar caza a estas cabras va destinado, en un 80%, a las comunidades locales donde viven los marcos y, el 20% restante, a agencias de vida silvestre del país.

«Esta es la tercera vez que estoy Pakistán. He cazado casi todos los animales aquí. He guardado los marcos para lo último», comentó Bryan Kinsel Harlan tras la polémica cacería, lo que provocó que se caldearan aún más los ánimos entre los detractores de la caza.

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