Trump y Kim Jong-un llegan a Singapur: «El mundo entero está pendiente de esta cumbre histórica»

AGENCIAS / VÍDEO: AGENCIA ATLAS

Kim Jong-un, en Singapur

El presidente de EE UU, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, ya se encuentran desde este domingo a Singapur para preparar la histórica cumbre que ambos mandatarios mantendrán el próximo martes en esta ciudad-estado del sudeste asiático.

El primero en aterrizar ha sido Kim Jong-un, que ha llegado este domingo poco antes de las 15.00 hora local (las 9.00 hora peninsular española) al aeropuerto Changi de Singapur. Horas después ha llegado Trump en el Air Force One, tras un largo vuelo desde Canadá, donde asistió a la cumbre del G-7, que abandonó antes de que terminase.

«El mundo entero está pendiente de esta cumbre histórica entre la República Democrática del Pueblo de Corea (nombre oficial de Corea del Norte) y los Estados Unidos de América», dijo Kim al comienzo de su reunión con el primer ministro singapurense, Lee Hsien Loong, que este lunes recibirá también a Trump. Kim dijo además que si la cumbre es un éxito «el nombre de Singapur entrará en la historia».

Las cámaras de televisión han mostrado una comitiva de vehículos abandonando el aeropuerto y una multitud esperando en el hotel Saint Regis del centro de Singapur, en el que se espera que se aloje Kim.

«He dado la bienvenida al presidente (del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte) Kim Jong-un, que acaba de llegar a Singapur», ha tuiteado este domingo el ministro de Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, junto a una fotografía en la que aparecía estrechando la mano a Kim junto a su avión.

El séquito de Kim Jong-un

Kim viajó en un avión Boeing 747 de Air China, la aerolínea estatal china, que despegó este domingo de madrugada desde Pekín y recogió al líder norcoreano en Pyongyang, según pudo verse en las imágenes captadas por los medios a su llegada.

El líder supremo ha viajado acompañado de Kim Yong-chol, considerado la mano derecha del dictador y vicepresidente del Partido de los Trabajadores; el canciller norcoreano, Ri Yong-ho; Ri Su-Yong, responsable de Exteriores del Partido; y Kim Chang-son, el jefe de Gabinete de Kim Jong-un.

Kim Yong-chol es visto como una figura clave en el proceso de diálogo entre el régimen y EEUU tras viajar a comienzos de mes a Washington para reunirse con Trump y el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en un encuentro que sirvió para confirmar la celebración de la esperada cumbre.

Previamente ha habido rumores de que Kim podría haber volado a Singapur en su avión privado, un jet Ilyushin IL-62M, que este domingo ha sido detectado sobrevolando el sur de China con aparente destino a la ciudad-estado.

Esa aeronave, también conocida como Chammae-1 o el Air Force One de Corea del Norte, tiene 39 años de antigüedad y fue la que Kim usó en su viaje a la ciudad china de Dalian a comienzos de mayo para reunirse con el presidente chino, Xi Jingping.

Unas dos horas antes de la llegada de Kim, aterrizó también en Singapur un avión de cargamento de fabricación rusa, que se cree que transportaba alimentos, vehículos, armas autorizadas y otros suministros para la visita del líder norcoreano, según el diario singapurense The Straits Times.

Además de la comitiva que acompaña al mariscal, una delegación norcoreana ya lleva tiempo en la ciudad-estado negociando los preparativos para la cumbre.

La llegada de Trump

Por su parte, el Air Force One ha tocado tierra en la base aérea singapurense de Paya Lebar a las 20.21 horas (14.21 hora peninsular española), procedente de Canadá. A su llegada, el mandatario estadounidense ha saludado a las cámaras desde la puerta del avión y, a los pies de la escalerilla, al ministro de Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, y a otras autoridades locales.

Preguntado por cómo se sentía de cara a la cumbre del martes, Trump respondió que «muy bien», pero no hizo más declaraciones a la prensa y entró rápidamente en su limusina para dirigirse al hotel Shangri-La para pasar la noche.

Con Trump viajaron el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que ha mantenido ya dos reuniones con Kim en Pyongyang; el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, y el asesor de seguridad nacional del presidente, John Bolton, entre otros.

Desde el avión que le llevaba a Singapur, Trump expresó en un tuit su optimismo respecto a la cumbre del martes y dijo tener «la sensación de que esta ocasión única en la vida no será desperdiciada».

Los retos de la histórica reunión

La cumbre entre Trump y Kim, cuyo inicio está previsto para las 9.00 del martes (3.00 h de la madrugada, hora peninsular española) en el exclusivo hotel Capella de Singapur, será la primera reunión de la historia entre líderes de los dos países, tras casi 70 años de confrontación y 25 de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa atómico norcoreano.

La prioridad del diálogo entre Trump y Kim es lograr un entendimiento suficiente para reanudar las conversaciones sobre la desnuclearización de la península coreana, que quedaron suspendidas hace una década por las pruebas atómicas del régimen comunista.

Trump ha sugerido en los últimos días que también podrían llegar a un acuerdo para avanzar hacia la pacificación de Corea. Seúl y Pyongyang siguen técnicamente en guerra porque en 1953 solo firmaron un armisticio para cesar los combates. Estados Unidos, como garante designado por la ONU para este conflicto, juega un papel esencial en la paz.

El magnate neoyorquino se ha mostrado optimista antes de embarcar hacia Singapur. «Soy una persona que se dedica a hacer tratos. Siempre me ha ido muy bien», ha dicho en declaraciones a la prensa desde la localidad canadiense de Charevoix —donde se celebró la cumbre del G-7—, subrayando que va «en misión de paz». 

Además, ha afirmado que abordará «absolutamente todos los temas» con Kim, interrogado por los periodistas sobre le planteará al líder norcoreano la existencia de los campos para presos políticos, a pesar de que la Casa Blanca se ha esmerado en recalcar estos días que los Derechos Humanos no eran parte de la agenda.

Trump ha confiado en que Kim y él congenien «desde el principio». No obstante, es consciente de que algo podría salir mal. «Creo que llegamos los dos con un espíritu positivo. Creo que vamos muy preparados. Pero, quién sabe. Existe una clara posibilidad de que no funcione», ha indicado. «Si Kim no es serio, no prolongaré las conversaciones», ha avisado.

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