Sale de la cárcel el asesino francés que inspiró «El adversario» tras 26 años

EFE

  • Jean-Claude Romand, se hizo pasar por un prestigioso médico y en 1993 asesinó a cinco miembros de su familia.
  • Había sido condenado a cadena perpetua en 1996 por matar a su mujer, a sus dos hijos y a sus padres.

Fotograma de la película "El adversario"

Jean-Claude Romand, el falso médico que en 1993 asesinó a cinco miembros de su familia y que inspiró la obra «El adversario» del escritor Emmanuel Carrère, salió este viernes de la cárcel de Saint Maur, en el centro de Francia, en libertad condicional, tras haber estado entre rejas durante 26 años.

La emisora «France Info» indicó que Romand, de 65 años, abandonó este penal del departamento de Indre, hacia las 03.30 locales (01.30 GMT) en un vehículo camuflado después de haber obtenido la libertad condicional el 25 de abril pasado.

Había sido condenado a cadena perpetua en 1996 por matar a su mujer, a sus dos hijos y a sus padres. Esa sentencia establecía que podía solicitar la libertad condicional desde 2015, pero la justicia se la había negado hasta ahora.

El falso médico está obligado a llevar de forma permanente una pulsera electrónica, no puede entrar en contacto con las personas próximas a las víctimas de su masacre, no puede hablar a la prensa y no puede viajar a tres regiones francesas: Île de France, Borgoña Franco Condado y Auvernia Ródano Alpes.

De hecho, va a vivir en una comunidad monacal -adonde llegó de madrugada, según France Bleu Berry- que ha aceptado acogerlo a unos 60 kilómetros del centro penitenciario en el que estaba confinado.

Romand hizo creer durante años a su familia que era un prestigioso médico que trabajaba en Ginebra para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y financiaba su acomodado nivel de vida con los ahorros que personas de su entorno le confiaban para que los invirtiera en Suiza.

La sucesión de mentiras comenzó tras no presentarse a los exámenes de segundo curso de Medicina y no cesó desde entonces. Para evitar que todo se descubriera, no permitía que su mujer le contactara en el trabajo y solía pasar su falsas jornadas laborales en alguna cafetería, una biblioteca, un parque o su coche. Consciente de que su engaño estaba a punto de ser desenmascarado, en enero de 1993 cometió unos crímenes que causaron un gran impacto social.

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