Rechazado el indulto para el nonagenario Oskar Gröning, el llamado «contable de Auschwitz»

EFE

  • Oskar Gröning, exmiembro de las SS hitlerianas, fue condenado a cuatro años de cárcel por complicidad en el asesinato de 300.000 judíos.
  • La última opción del nonagenario para evitar la cárcel es solicitar otro indulto al departamento de Justicia del estado federado de Baja Sajonia.
  • Admitió en el juicio su «complicidad moral» en las muertes del campo de exterminio de Auschwitz y pidió perdón a los supervivientes y familiares.

La Fiscalía alemana ha rechazado el indulto solicitado por el nonagenario Oskar Gröning, exmiembro de las SS hitlerianas conocido como el «contable de Auschwitz», quien fue condenado en 2015 a cuatro años de cárcel por complicidad en el asesinato de 300.000 judíos.

Según la cadena NDR, la Fiscalía de Lüneburg (ciudad del norte de Alemania donde fue condenado) ha confirmado la denegación del indulto, con lo que la última opción de Gröning para evitar la cárcel es solicitar ahora su indulto ante el departamento de Justicia del estado federado de Baja Sajonia.

Rechazado el indulto para el nonagenario Oskar Gröning, el llamado La Fiscalía de Hannover había señalado recientemente su intención de citar en breve al anciano, de 96 años, para su ingreso en prisión, después de que el Tribunal Constitucional rechazara el recurso presentado por sus abogados alegando que no se había tenido en cuenta el precario estado de salud del condenado.

Según se puso de manifiesto en el juicio, Gröning ingresó en 1941, con veinte años, en las Waffen-SS y dos años después empezó a servir en Auschwitz, donde asumió el cometido de incautar las pertenencias de los deportados y de hacer las correspondientes transferencias a Berlín.

La acusación se centró en su papel en la llamada «Operación Hungría», de mediados de 1944, cuando llegaron a Auschwitz alrededor de 450.000 judíos, de los cuales unos 300.000 fueron asesinados. A Gröning, quien tras la caída del nazismo pasó por un campo de internamiento británico y luego volvió a la vida civil como contable en una fábrica de vidrio, se le había abierto sumario en 1977, pero quedó sobreseído en 1988.

Su proceso en Lüneburg fue un ejemplo claro de los juicios tardíos por los crímenes del nazismo, abiertos tras el precedente marcado por el caso del ucraniano John Demjanjuk, condenado en 2011 a cinco años de cárcel por complicidad en las muertes del campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada.

Gröning admitió en el juicio su «complicidad moral» en las muertes del campo de exterminio de Auschwitz y pidió perdón a los supervivientes y familiares de las víctimas de la acusación particular, además de lamentar no haber actuado en consecuencia ante unos crímenes de los que, dijo, fue perfectamente consciente.

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