¿Qué puede pasar en Reino Unido si el Parlamento rechaza el acuerdo del ‘brexit’?

EFE

May podría contar con votos laboristas para el acuerdo del Brexit

El Reino Unido se adentrará en un terreno político «inexplorado» si el Parlamento rechaza el acuerdo del «brexit» que el Gobierno pactó con la Unión Europea (UE), según advierte la primera ministra británica, la conservadora Theresa May.

Un amplio sector de su formación, el Partido Conservador, así como sus socios del Partido Democrático Unionista (DUP), están en contra del pacto, por lo que May parece abocada a perder una votación que en diciembre ya aplazó para evitar una derrota.

Estos son algunos de los escenarios que se abren en el Reino Unido tras la votación del próximo martes:

El Parlamento aprueba el pacto:

May trata aún de convencer a los conservadores más euroescépticos y el DUP. Unos pocos parlamentarios han cambiado de opinión en los últimos días, aunque el Ejecutivo parece lejos de lograr el respaldo de decenas de «tories» que han criticado el texto.

El Gobierno ha explorado asimismo la posibilidad de que algunos laboristas, especialmente aquellos elegidos en circunscripciones favorables al «brexit», apoyen su acuerdo.

La primera ministra argumenta que tumbar el pacto acercará al Reino Unido a una caótica ruptura no negociada el próximo 29 de marzo, o bien puede impedir que el «brexit» se materialice.

Incluso si los Comunes respaldan el texto, el Gobierno deberá todavía tramitar una ley que incorpore los términos del acuerdo a la legislación británica, un complejo proceso parlamentario para el que le quedarán poco más de dos meses.

May presenta un nuevo plan:

Si los diputados rechazan el acuerdo, la primera ministra está obligada a regresar a la cámara tres días después para exponer una nueva hoja de ruta.

Previsiblemente, los diputados podrán debatir y enmendar esa propuesta, lo que les otorgaría cierto control sobre los siguientes pasos.

El Gobierno puede decidir someter a votación por segunda vez el acuerdo, confiando en que la presión por la falta de tiempo y de alternativas viables haga cambiar de opinión a los diputados.

Si convoca otra votación, puede intentar reforzar el pacto con nuevas clarificaciones por parte de Bruselas sobre el mecanismo de salvaguarda para Irlanda del Norte, el punto más polémico.

Elecciones generales anticipadas:

May ha insistido hasta ahora en que no planea dimitir ni convocar unos comicios adelantados.

En diciembre, ganó por 200 votos frente a 117 una moción de confianza interna como líder del Partido Conservador, y no puede ser sometida otra vez a ese proceso en los próximos 11 meses.

Con todo, la oposición laborista puede presentar una moción de censura contra el Gobierno en el Parlamento para tratar de forzar unas elecciones.

El Partido Laborista, sin embargo, no tiene mayoría en la cámara y el DUP, cuyos 10 diputados son clave en cualquier votación, asegura que continuará respaldando a May siempre que no se haya aprobado el acuerdo del «brexit».

El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, ha insistido en que presentará esa moción cuando juzgue que cuenta con «las mejores opciones tener éxito».

Renegociar el acuerdo:

Corbyn sostiene que si logra forzar y ganar unas elecciones renegociará «con urgencia» el acuerdo al que ha llegado May con la UE.

El líder laborista defiende una «nueva unión aduanera en la que los británicos puedan decidir sobre futuros acuerdos comerciales (con terceros países), que mantenga una sólida relación con el mercado único y garantice que el Reino Unido mantiene el ritmo en cuanto a derechos y estándares».

Segundo referéndum:

Unas 700.000 personas se manifestaron en Londres en octubre en favor de un segundo referéndum. En el primero, celebrado en junio de 2016, el 51,9 % de los votantes se decantó por la salida de la UE.

Ni el Partido Conservador ni el Partido Laborista respaldan por ahora otro plebiscito. Si el Parlamento rechaza el acuerdo, puede renovarse la presión para convocarlo, ante el temor a un «brexit» abrupto.

Organizarlo requiere aprobar una ley específica y dar tiempo a una campaña de unas diez semanas.

Sería necesario asimismo determinar la pregunta que se trasladaría a los ciudadanos, que podría referirse únicamente a los términos del acuerdo del Gobierno o bien incluir la opción de permanecer en la UE.

Posponer el «brexit»:

Tanto unas elecciones como un referéndum requerirían previsiblemente posponer la fecha de salida de la UE.

Londres puede pedir una extensión del periodo de negociaciones bajo el amparo del artículo 50 del Tratado de Lisboa, para lo cual necesita el visto bueno de los 27 socios comunitarios restantes.

Una de las dificultades de ese escenario son los comicios europeos previstos entre el 23 y el 26 de mayo.

Bruselas prevé que el Reino Unido estará para entonces fuera del bloque, por lo que el Parlamento Europeo reducirá su número de escaños y distribuirá algunos de los que dejarán vacantes los británicos entre otros países.

Un retraso de unos tres meses permitiría que el «brexit» se ejecutara antes de la primera sesión del Parlamento Europeo tras los comicios, en julio, mientras que una extensión más larga complicaría el encaje legal del Reino Unido en el bloque comunitario.

Cancelar el «brexit»:

Una sentencia del Tribunal de Justicia europeo permite a Londres revocar de forma unilateral la notificación con la que inició el proceso de salida de la UE, en marzo de 2017.

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