Pedro Sánchez visita Cuba: sin encuentros con la oposición y con la voluntad de tender puentes entre países

EMILIO ORDIZ

Sánchez y Díaz-Canel

Pedro Sánchez está dando especial importancia a la agenda internacional desde que es presidente del Gobierno. Dentro de esos viajes hay uno que ha adquirido especial relevancia: el presidente del Gobierno visitará este jueves Cuba en el primer viaje oficial de un mandatario español a la isla en 32 años. El último que lo hizo fue Felipe González en 1986.

En el marco de su viaje, el líder del Ejecutivo no se reunirá con la oposición al castrismo, tal como confirmaron desde Moncloa. Estará solo un día en la isla, y lo primero que hará será reencontrarse con su homólogo, Miguel Díaz Canel. Sánchez estará acompañado por los ministros de Exteriores y de Industria, Josep Borrell y Reyes Maroto.

Uno de los puntos más importantes de la visita estará en la reunión que mantendrá con la colonia española en Cuba. Asimismo, tendrá un encuentro con empresarios y sociedad civil, entre los que se encontrarán periodistas de medios críticos con castrismo. Asimismo, participará en un foro con unos 200 empresarios de ambos países.

Fuentes de Moncloa aseguran que Pedro Sánchez no viaja a Cuba para «hacer gestos», sino que el objetivo es avanzar en las relaciones entre países. Así, tomará el testigo de José María Aznar, que acudió a la isla en 1999 junto al rey Juan Carlos. Pero en ese caso fue con motivo de una cumbre Iberoamericana, no para un encuentro bilateral.

En un contexto de destensión de las relaciones de otros países con Cuba, Pedro Sánchez se suma a otros líderes que se le adelantaron. Desde la salida del poder de Fidel Castro, presidentes como Barack Obama, François Hollande o Matteo Renzi han acudido a la isla. Aunque Sánchez será el primero en ser recibido por Canel.

Sobre esto, Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano, explica 20minutos que ahora «la UE impulsa normalización y España se suma a esa realidad». Pero aclara, «los vínculos entre España y Cuba siempre se han asentado sobre bases sólidas».

Eso sí, el paso de Sánchez es importante porque fue nuestro país el que impulsó la posición europea respecto al sistema de Fidel y eso «enfrió las relaciones». Para Malamud eso es parte del pasado y el acercamiento parece que será sencillo «porque Cuba cuenta con un componente de inmigración española y eso trae proximidad».

En la normalización de los lazos no ha importado el color político de los Gobiernos. «Fue Rajoy, con Dastis como ministro de Exteriores, quien buscó el acercamiento», aclara el catedrático. A pesar de todo esto, Malamud considera, al contrario que Moncloa, que la visita es «más política que económica» porque hace falta ver «en qué sentido van las reformas de Díaz Canel».

Importancia del comercio

Las exportaciones españolas a Cuba alcanzaron 921,12 millones de euros entre septiembre de 2017 y agosto de 2018, un incremento del 5,7% en términos interanuales, y el superávit comercial del país europeo sobre el caribeño se amplió un 14% hasta 791,61 millones de euros.

España va camino, además, de consolidarse como el segundo mayor socio comercial de Cuba por delante de Venezuela y detrás del primero, China, lo que a juicio del consejero refleja la «boyante» situación del comercio bilateral.

Y es que España cuenta con un consolidado tejido empresarial en la isla, con unas 250 compañías asociadas a la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba, aunque la inmensa mayoría no son grandes corporaciones sino pequeñas y medianas empresas que en estos momentos pasan por una situación delicada ya que sus contrapartes del Gobierno cubano les adeudan una cantidad cercana a los 300 millones de euros.

Los empresarios esperan que la visita de Sánchez agilice esas relaciones comerciales, que en algunos casos están en punto muerto dadas las complicaciones financieras de la isla. El sector reconoce que el presidente del Gobierno no acude a «cobrar deudas» pero esperan que mejore la «fluidez».

¿Qué Cuba se encontrará Sánchez?

Cuba está en plena transformación. Va camino de aprobar una nueva Constitución y necesita profundizar en las reformas económicas. Canel está plenamente enfocado en captar capital extranjero y diversificar sus socios internacionales. Por un motivo principal: su principal socio, Venezuela, vive quizás la por crisis de toda su historia.

La situación en el país suramericano provocó en 2016 que la economía cubana entrara en su primera recesión en más de veinte años (-0,9%), revertida un año después, con un crecimiento estimado de 1,6 % según datos oficiales, debido sobre todo al empuje del turismo y la construcción.

Ante esto, Cuba apuesta por la inversión extranjera para reflotar su economía e impulsar sus reformas, para lo que necesita al menos 2.500 millones de dólares anuales de capital foráneo, según cifras oficiales.

Por otra parte, la reforma constitucional opta por una visión más aperturista. Pero no en todo. No plantea grandes cambios respecto al sistema de partido único, por lo que desde el punto de vista político los cambios quedarían reducidos al mínimo.

La oposición cubana considera que la nueva Constitución no va a mejorar «los derechos civiles y políticos y otras libertades fundamentales», mientras los medios de comunicación de la isla, todos estatales, aseguran que la mayoría de las opiniones recogidas están a favor del nuevo documento, que se votará en referéndum el próximo 24 de febrero.

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