Modi arrasa en las elecciones de la India abanderando el nacionalismo hindú

NOEMÍ JABOIS – MONCHO TORRES (EFE)

  • El actual primer ministro logra una holgada mayoría en su segunda victoria consecutiva.

Narendra Modi

El primer ministro indio, Narendra Modi, y su partido nacionalista hindú BJP se hicieron por segunda vez consecutiva con una arrolladora mayoría en las elecciones generales de la India, a falta de que se den a conocer los resultados finales.

El dirigente se adjudicó la victoria, y el opositor Partido del Congreso, de los Nehru-Gandhi, asumió la derrota, dando paso a otro mandato de la formación azafrán, que en los últimos cinco años ha hecho crecer la economía por encima del 7% y brillado con una aplaudida diplomacia exterior.

Erigido ya en uno de los mandatarios más poderosos y carismáticos en 72 años de democracia india, Modi reeditaba así su rotunda victoria de 2014, dejando en este ocasión a un lado su imagen de buen gestor, para volver a sus orígenes como abanderado del nacionalismo hindú y la lucha contra el terrorismo o los intentos de partición del país.

«La nación ya no está indefensa contra las bárbaras fuerzas del terrorismo. Toda ideología destructiva que sacrifica la atmósfera de paz y unidad recibe y recibirá una respuesta adecuada. Pagamos con la misma moneda, con intereses», había sentenciado Modi en el manifiesto electoral de su partido, marcando ya el camino a seguir.

Según los últimos datos de la Comisión Electoral, más de catorce horas después del inicio del recuento, el BJP había cosechado 169 escaños y lideraba en otros 134, tumbando de un brochazo las críticas de sus detractores por la retirada de billetes que en 2016 causó una grave crisis de liquidez en el país o por el creciente desempleo.

Por su parte, tras sufrir en 2014 el peor batacazo de su historia —con solo 44 asientos—, la formación de los Gandhi había conseguido hasta el momento 31 de los 542 escaños en juego y se perfilaba como ganadora en otros 21, mejorando ligeramente su anterior marca, pero muy lejos de los apoyos necesarios para gobernar. Incluso la suma de los parlamentarios logrados por los partidos minoritarios sería mayor que la del Partido del Congreso.

La ‘ola Modi’

Las felicitaciones de dirigentes extranjeros y opositores regionales comenzaron a caer a cuentagotas pocas horas después del comienzo del recuento y se fueron afianzando a lo largo de la jornada, mientras simpatizantes del BJP comenzaban a congregarse en la sede del partido en Nueva Delhi.

A mediodía, las oficinas centrales ya hervían de actividad a pesar del calor, dejando imágenes de partidarios ondeando enormes banderas de color azafrán y carteles con el rostro de Modi, todo ello acompañado del estruendo de petardos y hasta una colorida banda de música con caballos blancos.

No muy lejos, la desértica sede del Congreso —a excepción de un enjambre de periodistas y cámaras— vaticinaba lo ya innegable: el partido que gobernó el gigante asiático durante la mayor parte de su historia había vuelto a sufrir el azote de la «ola Modi».

Rahul Gandhi, el presidente de la formación opositora, finalmente compareció ante los medios por la tarde y asumió no solo la derrota nacional, sino la pérdida incluso de su bastión familiar, Amethi, en el estado norteño de Uttar Pradesh.

«Había dicho durante la campaña que la gente son los verdaderos mandatarios, han ordenado y decidido en favor del BJP. Felicito a Modi y al BJP», declaró el benjamín de la dinastía, que se negó a comentar qué fue lo que falló en el seno de su partido.

«Si alguien ha ganado, es la India»

El gran espaldarazo a los resultados llegó ya por la noche, horas después de que Modi dejase tímidos mensajes en su cuenta de Twitter en alusión a los comicios.

Ya había caído el sol cuando el mandatario fue recibido en las oficinas centrales de la formación por el presidente del BJP, Amit Shah, que se espera obtenga una cartera clave en el nuevo gabinete de ministros.

La jefa de la diplomacia, Sushma Swaraj, y el ministro de Interior, Rajnath Singh, entre otros, salieron al balcón para saludar con las manos juntas en un tradicional «namasté» a la multitud que se agolpaba a los pies del escenario.

Igual que el calor no apagó los vítores por la tarde, una tormenta tampoco impidió luego que cientos de ojos siguiesen con atención el paseíllo del que seguirá siendo el primer ministro durante los próximos cinco años.

En una intervención de 45 minutos, Modi dedicó el triunfo a los más de 1.250 millones de indios y 600 millones de electores que acudieron a las urnas entre el 11 de abril y el 19 de mayo.

«Esta no es una victoria de Modi, sino una victoria de los indios que demandaban honestidad, es una victoria de las mujeres con respeto propio que no tenían acceso a un retrete», dijo en aparente referencia a las acusaciones de corrupción contra la oposición y a su propia campaña para garantizar baños a la población sin recursos.

«Ningún individuo o partido estaba luchando en las elecciones, sino que es la gente de la India la que estaba luchando. Hoy la gente de la India me ha dado la razón y hoy, si alguien ha ganado, es la India. Si alguien ha ganado, es la democracia», sentenció.

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