Los visones podrían haber contagiado de COVID-19 a otro empleado en Holanda y se cree que son el reservorio del virus



El Gobierno holandés informó este lunes sobre un posible segundo caso de contagio por coronavirus a un humano en una de las granjas de visones del país, donde la semana pasada se detectó un primer caso en el que el genoma del virus hallado en un empleado se asemejaba al encontrado en los mustélidos.

En una carta enviada al Parlamento holandés, la ministra de Agricultura Carola Schouten explicó que está «considerando todas las medidas posibles», después de las fuertes criticas por parte de los veterinarios, que lamentaron que la ministra haya «dicho con demasiada firmeza que el riesgo de contagio en las granjas es insignificante».

Los expertos, e incluso algunos criadores de visones, creen que en algunas granjas pueden ser necesarias medidas drásticas como el sacrificio de estos animales para combatir la propagación del virus, una opción que también había descartado la ministra en un principio al confirmarse que el virus no está circulando por el aire fuera de los establos.

Se espera que esta semana se publiquen los resultados de una investigación epidemiológica veterinaria que se hizo en tres puntos de una granja de cría de visones donde se había detectado el primer posible contagio de animales a humano, según confirmó Schouten.

Tras producirse un posible primer contagio de visones a humanos en una granja en País Bajos hace unos días, Fernando Simón ha apuntado que los visones podrían ser el reservorio original del virus del Covid-19, aunque ha puntualizado que este extremo hay que confirmarlo mediante estudios.

«En otros coronavirus, en concreto el SARS, el reservorio eran las civetas. Y que los visones se hayan infectado podría indicar que podrían ser el reservorio original del patógeno en China», ha especulado el doctor Fernando Simón.

Las autoridades holandesas, tras informar sobre la posibilidad de que un visón haya infectado a un humano con Covid-19, han anunciado que están realizando pruebas obligatorias en todas las granjas de visones en los Países Bajos.

Lo que más preocupa a los científicos es que estas granjas se conviertan en un «reservorio del virus»; es decir, que no se identifique el peligro (el microbio podría persistir en los animales después de la pandemia) y que el virus permanezca en el aire, pasando a ser en el futuro una «posible fuente significante» de contagio a humanos, obligando a empezar de cero.



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