Las polémicas pruebas de ADN a inmigrantes para residir en Reino Unido obligan a Londres a pedir perdón

EFE

  • Unas 130 personas fueron obligadas por error a someterse a las pruebas.
  • Era condición para demostrar lazos familiares que les dieran derecho a residir en el país.

Sajid Javid

El ministro británico de Interior, Sajid Javid, se disculpó este jueves en el Parlamento con unas 130 personas forzadas por error a someterse a pruebas de ADN para demostrar que tenían lazos familiares que les daban derecho a residir en el Reino Unido.

En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, Javid dijo que entre los afectados por esta medida había familiares de afganos y gurkhas (nepaleses) empleados por el Gobierno británico.

El ministerio de Interior abrió hace cuatro meses una investigación sobre este caso tras salir a la luz que funcionarios de ese departamento habían exigido las pruebas de ADN, si bien no se ha revelado la fecha de esas peticiones.

Según explicó, las personas fueron obligadas a someterse a la prueba genética como parte de una investigación contra el fraude, pero se descubrió que entre ellos había familiares de afganos y gurkhas que lucharon con el Ejército británico.

Solicitudes denegadas

«El aporte de prueba de ADN debería ser siempre voluntario y nunca obligatorio», dijo Javid.

«Estoy determinado a llegar al fondo de esto sobre cómo y por qué, en algunos casos, las personas fueron obligados a facilitar muestras de ADN en primer lugar», dijo el ministro.

«En todo el sistema de inmigración, nadie debería afrontar la exigencia de suministrar prueba de ADN y nadie debería ser penado por no facilitarla», recalcó Javid, pues en muchos casos las solicitudes fueron denegadas por no aportar ese examen.

Además, el ministro informó de que ha dispuesto una investigación para establecer si hubo más casos similares.

«Voy a construir un sistema de inmigración que controle, pero que sea también justo, humano y que cumpla totalmente con la ley», agregó el titular de Interior.

Este caso sale a la luz tras el escándalo que estalló hace unos meses al revelarse que el Reino Unido tardó décadas en reconocer los derechos de inmigración de la llamada generación Windrush, los trabajadores caribeños invitados en los pasados años 50 para trabajar en el país tras la Segunda Guerra Mundial.

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