Las islas flotantes de la Polinesia buscan un nuevo país que las acoja

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Islas flotantes

Fueron diseñadas como tipos de construcciones alternativas para hacer frente al cambio climático y al aumento del nivel del mar, pero las islas artificiales flotantes continúan buscando un país que quiera albergarlas en sus mares después de que el gobierno de la Polinesia Francesa hubiese rechazado la propuesta.

Para ello, la compañía que lleva a cabo este proyecto, Blue Frontiers, ofrece 100.000 dólares (85.770 euros) a empresas o empresarios que sean capaces de convencer a sus respectivos gobiernos para que acojan una isla flotante en sus aguas.

Se trataría del primer proyecto piloto de este tipo después de que las negociaciones con la Polinesia Francesa no hubiesen prosperado debido a las protestas y a la oposición generada allí. De hecho, según recoge el diario británico The Guardian, este concepto de islas flotantes han sido criticado por expertos en desarrollo sostenible, ya que estos archipiélagos artificiales únicamente serían accesibles para los más ricos y privilegiados, por lo que crearía una especie de «apartheid de la peor clase».

Naciones flotantes

Según explican desde la web de Blue Frontiers, la idea es comenzar por «un proyecto piloto de isla flotante sostenible dentro de aguas tranquilas y protegidas por una nación anfitriona», para posteriormente «crear viviendas permanentes en el mar, llamadas seasteads, fuera de territorio perteneciente a cualquier gobierno».

Así, estas islas contarían con viviendas, hoteles, restaurantes, invernaderos y oficinas, como si de un pequeño país independiente se tratase.

Para poder optar a tener una isla flotante, los empresarios o compañías interesadas deben obtener «una carta de invitación general de un funcionario del gobierno» de su país, así como presentar fotografías y vídeos del lugar donde se construiría dicha isla, entre otros requisitos.

Las 10 mejores iniciativas visitarán primero la sede de Blue Frontiers en Rotterdam y el país ganador se elegirá una vez los gobiernos anfitriones aprueben una legislación requerida para implententar dicho proyecto piloto. Se les pagará primero 100.000 Varyons, una criptomoneda, y cuando se termine de construir el país elegido ingresará los 100.000 dólares.

Según Blue Frontiers, entre las naciones que cuentan con empresarios interesados en este proyecto están Vanuatu, Camboya, Islas Maldivas, Vietnam, Colombia o México. La compañía añade además que cada isla flotante aportaría unos 60 millones de dólares de inversión a la nación anfitriona.

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