La Unión Europea ya puede sancionar a los ciberdelincuentes

EFE

  • Las medidas restrictivas contemplan un veto de entrada en la UE y una congelación de sus activos en territorio comunitario.

Ciberataque, virus informático, ransomware

El Consejo de la Unión Europea (UE) aprobó este viernes un marco legal que le permite, por primera vez, imponer sanciones a personas o entidades responsables de ciberataques o intentos de ciberataques que proporcionen apoyo financiero, técnico o material, o que estén implicadas en ellos.

Las medidas restrictivas, que también se podrán aplicar a personas asociadas a los ataques, contemplan un veto de entrada en la UE y una congelación de sus activos en territorio comunitario, así como la prohibición de que otras personas o entidades de la Unión puedan proporcionar fondos a quienes figuren en la lista negra, indicó el Consejo en un comunicado.

De este modo, la UE pretende «disuadir y responder» a los ciberataques que constituyan una amenaza exterior para sus instituciones o Estados miembros. También prevé medidas restrictivas contra los responsables de ataques informáticos contra países terceros u organizaciones internacionales, si con ellas se pueden lograr objetivos de la Política Común de Exteriores y Seguridad.

Los ciberataques que está dispuesta la UE a sancionar son los que se originan o utilicen infraestructura desde fuera de la Unión y que lleven a cabo personas o entidades establecidas o que operan en el exterior de la UE. Los intentos de ataques «con un efecto potencialmente significativo» también están cubiertos por este régimen de sanciones.

La Unión quiere de esta forma atajar «el comportamiento maligno en el ciberespacio» que pretende «socavar la integridad de la UE, la seguridad y la competitividad económica, con el riesgo eventual de un conflicto». En junio de 2017, el Consejo ya adoptó un marco para mejorar la cooperación y mitigar potenciales amenazas cibernéticas, así como disuadir el comportamiento de potenciales agresores.

La UE aseguró que se compromete con mantener un ciberespacio «abierto, estable y seguro», y defendió resolver las disputas en ese medio de forma pacífica. Consideró que todos sus esfuerzos diplomáticos deben apuntar «de forma prioritaria» a promover la seguridad y la estabilidad en el ciberespacio, mediante mayor cooperación internacional y reduciendo el riesgo de malas interpretaciones, escalada de tensiones y conflictos que pueden derivar de «incidentes» en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación.

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