La salida de Japón de la Comisión Ballenera permitirá crear una reserva de ballenas en el Atlántico Sur

EFE

Ballena

Japón ha decidido retirarse de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), un organismo creado hace siete décadas para garantizar la preservación de esos cetáceos y evitar su caza indiscriminada en los océanos. La decisión fue anunciada este mismo miércoles por el ministro portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga, quien dijo que a partir de julio próximo los balleneros japoneses reanudarán sus actividades en sus aguas territoriales y en su zona económica exclusiva.

Suga dijo que, a partir de su retirada, el país actuará como observador en el seno de la organización y aseguró que el Gobierno de Tokio sigue comprometido en el manejo de los recursos marinos de acuerdo con datos científicos.

La retirada de Japón es el resultado del choque que tuvo lugar en la reunión de la CBI celebrada en septiembre en Brasil. Allí, los miembros de la organización rechazaron por mayoría la propuesta de Japón de crear un comité de caza sostenible.

La organización ecologista Sea Shepherd ha celebrado la retirada de Japón porque la entidad podrá aprobar ahora la iniciativa de crear una reserva de ballenas en el Atlántico Sur.

La ONG indicó en un comunicado que sin la oposición de Japón la CBI podrá aprobar la moción para establecer la citada reserva de ballenas y conseguir acabar con la caza de cetáceos en el hemisferio sur.

El pasado mes de septiembre se votó la iniciativa proteccionista, que obtuvo un 58,2% de apoyos en la Comisión Ballenera Internacional, pero no alcanzó las tres cuartas partes necesarias.

La región del Atlántico Sur alberga más de 50 especies de ballenas, seis de las cuales son «altamente migratorias». Además del santuario, la propuesta también prevé la creación de organismos de cooperación y de investigación sobre ballenas entre los países de África y Sudamérica con costas en el

El organismo señaló que la campaña para proteger las ballenas en el Sur «pronto habrá acabado» y habrá que centrar la atención en el hemisferio norte, donde Japón se unirá a Islandia y Noruega como cazadores ilegales de ballenas.

Japón ingresó en la CBI el 21 de abril de 1951 y, según ellos, respetaban la moratoria en la caza comercial de la ballena acordada en 1982. Japón ha seguido capturando ballenas en aguas del Océano Antártico y el Pacífico Norte, pero supuestamente con fines científicos. Para organizaciones ecologistas como Sea Shepherd, Japón realizaba una caza comercial encubierta de ballenas.

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