La reconstrucción de Notre-Dame en cinco años tiene como objetivo los Juegos Olímpicos de París 2024

MARÍA MÁRQUEZ

Notre-Dame

Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha prometido que Notre-Dame será reconstruida del terrible incendio en un plazo de cinco años. También apuntó en esta dirección Anne Hidalgo, alcaldesa de París. La insistencia con esta fecha tiene nombre propio: los Juegos Olímpicos de París 2024.

La intención del mandatario contrasta sin embargo con las proyecciones de algunos profesionales. «Una restauración de entre 10 y 15 años me parece más razonable», explicaba por ejemplo Frédéric Létoffé, uno de los dos presidentes del Grupo de Empresas de Restauración de Monumentos Históricos (GMH).

Pero el Gobierno francés tiene 2024 grabado a fuego y, por ello, Macron ha lanzado una petición de donación con carácter internacional. Varios grupos empresariales franceses han anunciado ya que van a donar cientos de millones de euros -ya se han superado los 800 millones-.

La ayuda también va a llegar de fuera del país: el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, instó el pasado martes a todos los Estados miembros de la UE a contribuir; y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, propuso a los diputados europeos que donasen su sueldo de ese día para contribuir a la causa.

La cifra recaudada hasta el momento supera la estimación inicial para reparar los daños causados por el incendio, que rondaría entre los 450 y los 600 millones de euros. Según la asociación Friends of Notre-Dame de Paris, creada por el arzobispo de París André Vingt-Trois, Notre-Dame sufría «un preocupante estado de conservación».

Antes de que se produjera la tragedia, la asociación aseguraba que necesitaba en total 150 millones de euros, de los que se suponía ya contaba con 60. El responsable de captación de fondos de la asociación, Michel Picaud, aseguraba este martes en BFMTV que el incendio elevaría el precio de esa factura «en tres o cuatro veces».

Los JJOO, ¿un negocio?

Los Juegos Olímpicos no siempre han sido un negocio redondo. Si bien la organización se autofinancia, no siempre ocurre lo mismo con las inversiones que hacen las ciudades para construir la infraestructura. Los patrocinios privados, la venta de entradas y los derechos de televisión permiten cubrir gastos al COI. Para las infraestructuras, o se hace inversión pública o se buscan patrocinadores privados.

Es por este motivo que Macron querría contar con todas las bazas posibles para aumentar el impacto económico de este evento deportivo en la ciudad. Que Notre-Dame esté lista para los JJOO de 2024 sería clave para el turismo. Según la página web de la catedral, alrededor de 13 millones de personas visitan cada año este monumento, lo que supone un promedio anual de más de 30.000 personas por día. En temporada de Juegos Olímpicos, esta cifra podría multiplicarse fácilmente.

El coste total de los Juegos de Barcelona 92 fue de 6.728 millones de euros, y su impacto económico fue de 18.678 millones. Barcelona dinamizó su turismo, remodeló su ciudad y tuvo un gran impacto internacional, a pesar de suponer un golpe importante para las arcas del Estado y la Comunidad de Cataluña. La ciudad pasó de 1,7 millones de visitantes en 1992 a los casi 8 en 2007.

Sin embargo, en el otro lado de la moneda están Montreal 76, Atlanta 96 y Atenas 04. En estos tres casos se hicieron inversiones que no respondieron a las necesidades posteriores, por lo que el coste total fue mayor que el impacto económico.

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