La presunta agente rusa Maria Butina se declara culpable por espionaje en el tribunal de Washington

EFE

 Maria Butina

Maria Butina, la presunta agente encubierta rusa detenida en Estados Unidos el pasado julio, se ha declarado este jueves culpable de un cargo de espionaje presentado contra ella en un tribunal federal de Washington.

Butina, de 30 años y a quien EE UU vincula con el Kremlin, confesó su culpabilidad en un delito de conspiración, que le podría acarrear una condena máxima de cinco años de prisión. Según la fiscalía, la operación comenzó en marzo de 2015 y finalizó en julio de 2018, cuando fue detenida.

La agente aceptó cooperar con las autoridades estadounidenses y reconoció sus actos, en coordinación con funcionarios rusos, para tejer una red de influencia en la política estadounidense cuando se hacía pasar por estudiante.

«Culpable», aseguró la espía confesa ante la jueza del caso, Tanya Chutkan, después de que el pasado lunes su defensa registrara una petición en la que solicitaba una audiencia para cambiar su declaración inicial, en la que dijo que era inocente.

Durante la vista de este jueves, que se extendió más de una hora, la agente confesa afirmó que era consciente de que tras cumplir la pena que se le imponga podría ser deportada o mantenida en libertad vigilada.

Butina entabló — de acuerdo a los hechos reconocidos— relación con un estadounidense con quien llegó a emplear el traductor de Google para entablar conversaciones en inglés y presentarle una «propuesta de proyecto» ante las elecciones de 2016.

La ciudadana rusa inició su misión en territorio ruso, pero en agosto de 2016 se mudó a Washington con un visado de estudiante, presuntamente solicitado como parte del plan de Rusia, momento en el que las autoridades de EE UU comenzaron a seguirle la pista.

Acceso a la Asociación del Rifle

Antes y después de entrar en territorio estadounidense, Butina entabló una serie de contactos influyentes dentro de la política norteamericana que le llevaron hasta la Asociación Nacional del Rifle (NRA), ante la que se presentó como una activista rusa en defensa del derecho a portar estos artilugios.

Butina puede verse posando en imágenes con la directiva de este grupo de presión y con miembros el Partido Republicano —del que forma parte el presidente de EE UU, Donald Trump—, con quienes buscó establecer canales de comunicación informales de cara a las elecciones presidenciales de 2016, según la acusación.

Críticas desde Rusia

Leonid Slutski, diputado ruso, ha declarado que Butina es víctima de una «moderna inquisición política» de EEUU con «acusaciones fabricadas», que han formado parte de un proceso «claramente politizado».

Por su parte, el senador Oleg Morózov señaló que Rusia va a prestar la asistencia necesaria a su ciudadana independientemente de sus declaraciones en el juzgado estadounidense.

Morózov cree que Bútina se declaró culpable porque no le quedaba otra opción. «El principio es muy simple: colaboras con la investigación y el castigo es mucho menor. Eso también es una forma de presión», afirmó.

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