La carta del preso fugado que cuestiona la leyenda de Alcatraz

JAVIER PACHÓN BOCANEGRA (EFE)

  • Un texto escrito por uno de los tres hombres que lograron escapar de la famosa prisión confirmaría que llegaron vivos a tierra firme.
  • «Mi nombre es John Anglin. Escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. Tengo 83 años», afirma.
  • El FBI llegó a analizar la carta, sin informar del resultado.
  • FOTOS: 50 años de la fuga de Alcatraz.

Tres hombres lograron fugarse de la prisión de Alcatraz en 1962 y ahora la carta de uno de ellos confirma que llegaron vivos a tierra firme, echando definitivamente por tierra la leyenda de que la cárcel era infranqueable.

Los hermanos John y Clarence Anglin y Frank Morris desaparecieron una noche de junio de 1962 de la famosa prisión sin dejar rastro y nunca fueron encontrados, por lo que siempre se ha especulado sobre si pudieron sobrevivir o no a la fuga.

En una carta, a la que tuvo acceso la cadena CBS y atribuida al primero de los Anglin, éste reconoció haber escapado de lo que entonces era una prisión de alta seguridad y haber superado las inclemencias que rodeaban la isla californiana: «Mi nombre es John Anglin. Escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. Tengo 83 años y me encuentro en mal estado. Tengo cáncer. ¡Sí, nosotros lo conseguimos aquella noche!», afirmó en el texto el preso fugado.

La carta fue analizada por el FBI en 2013, según informó a Efe esa oficina gubernamental, que no precisó los resultados obtenidos del estudio.

Arrojando luz a un misterio que ha rodeado a la antigua cárcel —cerró en 1963— durante 55 años, Anglin puso contra las cuerdas la leyenda que atesora Alcatraz de que nunca nadie logró huir de allí.

Una aspiradora rota

La fuga del recinto, pesadilla de los presos, terminó plasmada en la gran pantalla a través del clásico La fuga de Alcatraz (1979) en la que Clint Eastwood encarnó a Frank Morris, un ladrón con largo historial delictivo y gran ingenio.

El texto de la carta fue obtenido en 2013 por una comisaría del Departamento de Policía de Richmond, lo que habría provocado que el FBI reabriera el caso al convertirse en la prueba más reciente.

Las investigaciones apuntan a que los fugitivos emplearon un perforador casero elaborado a partir de una aspiradora rota para ensanchar un orificio de ventilación en sus celdas.

Cuando consiguieron lograr su objetivo, escalaron por una red de tuberías hasta llegar a una zona no vigilada y se deslizaron hasta llegar a la orilla del Pacífico para navegar en una balsa hecha con medio centenar de impermeables, en la que también portaron chalecos salvavidas y palas de madera hechas por ellos.

Único superviviente

En la carta, el fugitivo señaló que Morris falleció en 2008 y que su hermano Clarence murió tan solo tres años después. El que fuera preso también avanzó entonces que daría a conocer su localización concreta si se cumplían una serie de condiciones.

«Si anuncian en televisión que se me prometerá ir a la cárcel por un máximo de un año y tener atención médica, escribiré de nuevo para haceros saber dónde estoy. No es una broma», dijo. El prófugo aseguró haber vivido durante muchos años en Seattle, en el estado de Washington, además de ocho años en Dakota Norte, que abandonó para llegar a Carolina del Sur.

Si los tres, condenados por robos de bancos, siguieran con vida hoy —algo que se desconoce—, Frank Morris tendría 90 años; John Anglin, 86, y Clarence Anglin 87, según la cadena de televisión. En un especial televisivo, el Canal de Historia desveló una fotografía en la que supuestamente aparecerían los hermanos Anglin en Brasil trece años después de la hazaña.

La isla, situada en la bahía de San Francisco, recibe cada año 1,4 millones de turistas que visitan principalmente la abandonada prisión de máxima seguridad, que acogió a conocidos presos como Al Capone y de la que, según la leyenda, nadie escapó vivo. El lugar también es conocido por la ocupación india entre 1969 y 1971, considerada el resurgimiento del activismo de los indios americanos.

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