Irlanda dice «sí» en el referéndum sobre la reforma del aborto

EFE

Irlanda

Irlanda ha aceptado reformar la Constitución para liberalizar la legislación vigente, una de las más restrictivas y controvertidas de Europa, en el referéndum sobre el aborto celebrado el jueves, en la que la alta participación ha resultado clave para la rotunda victoria del «sí».

Los primeros resultados oficiales correspondientes a los datos procedentes de cuatro circunscripciones confirman una victoria arrolladora del «sí», con un 66,4% de los votos a favor, un 33,6% en contra y una participación del 62,2%.

Destaca por su claridad el resultado de la circunscripción de Dublín Centro, donde el sí se ha impuesto por un 76,51%, mientras que el «no» se ha quedado en el 23,49%.

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha destacado que tras el referéndum, Irlanda tendrá «una constitución moderna para un país moderno». Varadkar ha destacado que el resultado, inesperadamente claro a favor del «sí», supone una «revolución silenciosa» y ha anunciado que la nueva ley de interrupción voluntaria del embarazo podría estar en vigor a finales de este mismo año.

A los que han votado «no», Varadkar les ha asegurado que Irlanda «es el mismo país que la semana pasada, solo que un poco más amable, un poco más tolerante y un poco más moral».

El diario de referencia irlandés The Irish Times no ha dudado en calificar la victoria del «sí» como una «victoria aplastante más allá de cualquier expectativa».

El Gobierno irlandés ha propuesto una ley de plazos con interrupción libre hasta la semana doce y por riesgo físico o mental para la mujer o riesgo para el feto antes del parto o poco después del mismo.

Sin embargo, primero era necesario derogar en referéndum la Octava Enmienda de la Constitución —incluida en 1983—, que consagra el derecho a la vida del no nacido. Actualmente, Irlanda tiene una de las leyes más restrictivas del mundo sobre el aborto debido a la influencia del catolicismo.

Dudas antes del referéndum

Partidarios y detractores de reformar la ley llegaron con dudas al referéndum, pues aunque las encuestas concedían ventaja al «sí», el «no» había reducido la diferencia en las últimas semanas y todavía quedan bastantes indecisos.

Varadkar fue uno de los primeros políticos en votar, seguido de cerca por un gran número de medios de comunicación nacionales e internacionales, ante el gran interés que ha generado la posibilidad de que este país, aún mayoritariamente católico, elimine las duras restricciones del aborto, criticadas, entre otros, por la ONU y la Unión Europea (UE).

En lado opuesto, el dirigente del Sinn Féin —tercera fuerza nacional— Peadar Toibin, que volvió a considerar que la futura ley abrirá la puerta a los «abortos a la carta», al tiempo que se eliminará de la Constitución el «derecho a la vida» de los «no nacidos».

Toibin, uno de los activistas más visibles del «no» durante la campaña, representa la complejidad moral que tiene este asunto en Irlanda, donde los principales partidos, como el Sinn Féin, están con el Gobierno, pero han dejado que sus miembros actúen de acuerdo a sus principios.

También los grupos provida y la Iglesia católica, aún influyente a pesar de los escándalos de abusos sexuales a menores, rechazaban cualquier cambio, pues creen que dará paso a la terminación de embarazos de «no nacidos» con malformaciones físicas o psíquicas.

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