Hulot, un ministro demasiado verde

AMAYA LARRAÑETA

Nicolas Hulot

Se sentía solo en el Gobierno empujando políticas para salvar el planeta. Porque la lucha contra el cambio climático es por ende una lucha antisistema. Por eso Nicolas Hulot (Lille, 30 de abril de 2005) ha decidido este miércoles devolver a Emmanuel Macron la cartera ministerial de Transición Ecológica y Solidaria.

Hulot, que creó en 1990 una fundación que lleva su nombre con el objetivo de preservar la naturaleza y el medioambiente de los efectos humanos del cambio climático, se había dado un año para poder influir en una mayor protección del planeta desde el Gobierno de Francia.

En 2015, en París, su papel fue fundamental en el Acuerdo por el Clima. Con su fundación, estuvo en primera línea analizando, guiando y presionando para que las conversaciones de los mandatarios concluyeran, como así fue, en un pacto compatible con el reto del calentamiento global.

Pero el carismático activista medioambiental —largamente cortejado por la administración central en la que nunca hasta ahora había entrado y conocido del público francés por un programa documental naturalista en televisión (Ushuaia) — regresa al lobby medioambiental, defraudado por al menos dos sonoras derrotas políticas: el refrendo de la UE al glifosato (sustancia para la que él defendía el veto) y, sobre todo, no haber conseguido que Francia caminase hacia la reducción notable de su dependencia de la energía nuclear. Y tras constatar que los gobiernos no están preparados para afrontar el desafío climático.

Los objetivos que Hulot se había marcado eran ambiciosos. No en vano preconizaba que todos los días hay que tomar una decisión positiva para el medioambiente. Idea suya fue prohibir la venta de coches de gasolina o diesel en 2040, dejar de producir carbón en Francia progresivamente y lograr cubrir con renovables el 32% del consumo eléctrico.

Sin embargo, los obstáculos al ‘sprint’ que Hulot pretendía darle a la política medioambiental le han hecho caerse precipitadamente del cargo. Después de tomar conciencia de que «grupos de presión» económicos impiden al Gobierno de Francia afrontar una transición ineludible si se quiere frenar el cambio climático.

En España, la nueva ministra socialista Teresa Ribera le copió el nombre de la cartera. Como Hulot, Ribera defiende que las políticas públicas deben atender prioritariamente a la crisis ecológica que avanza inexorable. Su camino hacia una transición ecológica y justa, el de Teresa Ribera, tampoco se augura libre de resistencias. Así se ha despedido del Hulot ministro:

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