Feministas francesas exigen respeto para las mujeres tras el manifiesto sobre el «puritanismo»

EFE

Un grupo de feministas francesas ha subrayado este miércoles el derecho de las mujeres a no ser agredidas y a que se las respete, en respuesta al manifiesto en el que un centenar de famosas defendía la libertad de los hombres «a importunar».

«Cada vez que los derechos de las mujeres avanzan, que se despiertan las conciencias, aparecen resistencias«, lamentan en un artículo publicado en France Info una treintena de feministas como Caroline de Haas.

En ese artículo, rebaten los argumentos de otro texto hecho público por personalidades como la actriz Catherine Deneuve, en el que criticaban el «puritanismo» de la campaña contra el acoso sexual desatada a raíz del caso del productor estadounidense Harvey Weinstein.

Acusan a esas celebridades de «mezclar deliberadamente» y «meter en el mismo saco» conceptos diferentes, como la seducción basada en el respeto o el placer, por una parte, y la violencia, por otra.

Estas feministas denuncian que las firmantes de la declaración publicada en Le Monde son «reincidentes» en la defensa de «pederastas» o en la «apología de la violación», y que utilizan su visibilidad mediática para «banalizar la violencia sexual».

No han tardado en sumarse al debate otras personalidades, como la exministra para los Derechos de las Mujeres Laurence Rossignol, que afirmó que ella «no habría firmado la tribuna publicada», que consideró «una bofetada a todas las mujeres que denuncian la realidad sobre la depredación sexual».

Para De Haas estas declaraciones «desprecian» a las víctimas y sus autoras comparan la seducción «basada en el respeto y en el placer», con la violencia, dos cosas de distinta naturaleza.

La veterana actriz protagonizó una polémica el pasado mes de marzo cuando defendió al director Roman Polanski, acusado de violar a una menor en los años 70 en Estados Unidos, y afirmó que la palabra violación para referirse a esos hechos le parecía «excesiva».

«Un discurso peligroso»

En una línea similar, la actual secretaria de Estado de la Igualdad entre Hombres y Mujeres, Marlène Schiappa, ha advertido de que el discurso de las famosas es «peligroso».

Entre otras cosas, porque mina los esfuerzos para que las jóvenes entiendan que cuando «un hombre frota sus genitales contra ellas en el metro, es una agresión» y que «no tienen que sentir vergüenza ni sentirse culpables».

En octubre, la secretaria de Estado había anunciado que prepara una ley para penalizar el acoso sexual de las mujeres en la calle, con penas de hasta tres años de cárcel y 75.000 euros (89.000 euros) de multa.

Entonces señaló que «intuitivamente» se sabe cuándo se están pasando los límites de lo permisible: «Soltar un piropo o silbar no es acoso, pero que seguir a una mujer por la calle con insistencia sí lo es. En esta situación, hay una forma de intimidación».

A falta de una cuantificación precisa del fenómeno del acoso, el Instituto Nacional de Estudios Demográficos (INED) indicó en un informe de 2016 que cada año 600.000 mujeres en Francia (la población del país es de 66 millones) son víctimas de violencia sexual, frente a 200.000 hombres.