España apura sus opciones para ocupar un alto cargo en la UE: el equilibrio entre países y la paridad, claves

EMILIO ORDIZ

Michel Barnier

La presencia de España en la primera línea de la próxima Unión Europea está más en juego que nunca. A medida que se acerca el 2 de julio, fecha en la que se constituye el Parlamento Europeo, las conversaciones para ocupar los top jobs (cargos principales) van acelerándose. En ese contexto, Pedro Sánchez trabaja para conseguir notoriedad y los nombres que se manejan siguen siendo los mismos: Josep Borrell, Nadia Calviño e incluso Luis Planas. Nada está decidido a pesar de que el Consejo Europeo que termina este viernes ha querido orientar las decisiones.

Las presidencias del Parlamento, la Comisión y el Consejo son las joyas de la corona, sin descartar el cargo de Alto Representante ni las vicepresidencias de la Comisión. En el caso de España, parece que tanto el Consejo como la Comisión quedan descartadas, y Sánchez tampoco ha incidido en ello a lo largo de estas semanas. En cambio, el reparto depende tanto del equilibrio de países como de la paridad en esos top jobs.

El Gobierno español, en ese punto, parece oscilar solo entre una vicepresidencia económica de la Comisión, algo muy notorio y que respaldaría la recuperación y la fiabilidad del país, o el cargo de Alto Representante, que ganó mucho peso durante la última legislatura. «Es un sudoku muy complicado», comenta a 20minutos el investigador de Elcano Salvador Llaudes, y avisa de que «no está nada claro ni siquiera que vayamos a tener un cargo».

En el centro del asunto está también el equilibrio entre familias políticas. Si el PPE consigue conservar la presidencia de la Comisión, el PSOE, como delegación mayoritaria en el grupo socialdemócrata estaría en disposición de pedir otro de los top jobs. «Hay que tener en cuenta también el papel que vayan a jugar los Spitzenkandidaten (candidatos principales», y si esa figura «tiene recorrido o no». Es el caso de Manfred Weber en el caso de los populares, a quienes socialdemócratas y liberales ya confirmaron que no darán su apoyo. «Veremos si esa figura queda desterrada».

La apuesta de Michel Barnier, exnegociador de la UE para el brexit, parece clara según fuentes comunitarias. Es un político con estima en general entre todas las familias, y al fin y al cabo podría ser una opción para el PPE. Como familia principal en la Eurocámara, insisten en mantener ese cargo, tomado por muchos como el más importante.

«El de Alto Representante es un cargo que no hay que menospreciar», aclara Llaudes, y en el que podría «encajar perfectamente» Josep Borrell. Sobre el papel, ese sillón tendría que recaer en alguien con experiencia en la política exterior, de ahí que hayan surgido otros nombres como la sueca Margot Wallström, que ya fue vicepresidenta de la Comisión.

¿Y si España se queda sin nada?

Para Salvador Llaudes, el hecho de que España se pueda quedar sin un alto cargo, «no quiere decir nada», porque eso no hace que vaya a tener un papel menos relevante durante la próxima legislatura. «Se nos ve como un socio fiable, entre otras cosas, porque una formación como Vox no ha sacado tan buen resultado como se pronosticaba».

Además, Pedro Sánchez parece haber cambiado la forma de involucrarse en la UE: «Tiene una actitud mucho más proactiva». Para el experto, «no se trata solo de conseguir un alto cargo, sino de mostrar que esta implicación es la que se tiene que tener siempre y no solo ahora que están en juego los cargos».

En ese escenario, no parece que tras estos dos días de reuniones se vayan a sacar cosas en claro. «No creo que se decida todo ahora», concluye Llaudes. La fecha límite, el 2 de julio. Será cuando la nueva UE eche a rodar y los nombres pasen de ser rumores a confirmaciones.

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