El presidente de Nicaragua retira la reforma de la Seguridad Social ante la oleada de protestas

AGENCIAS / 20MINUTOS.ES

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció este domingo la retirada de la reforma de la Seguridad Social que ha provocado las protestas que desde el miércoles se han cobrado la vida de al menos 27 personas, según datos de ONG (una decena, según el Gobierno), y más de un centenar de heridos y numerosos daños materiales.

«Comunicamos al pueblo nicaragüense que el consejo directivo ha dicho que adoptará las resoluciones. La resolución es que queda revocada la resolución anterior«, afirmó Ortega en un discurso retransmitido por los medios públicos nicaragüenses.

Así, se anula la resolución 1317 del INSS del martes 17 de abril para facilitar el diálogo e invitó al cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, y a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua. «Queremos restablecer el orden, no podemos permitir que aquí se imponga el caos y saqueos», explicó Ortega, que hizo un llamamiento a la paz y destacó que «la mesa queda limpia para sentarse a tratar el tema con los empleadores y trabajadores».

El mandatario nicaragüense advirtió de que no habrá condiciones previas para el diálogo. «Un diálogo no se puede condicionar […]. No se me ocurre precondicionar el diálogo. Si nosotros condicionamos el diálogo a que se acuerde lo que ya se había acordado no vamos a ningún lado», subrayó, en referencia a las tres premisas planteadas por el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), la principal organización patronal nicaragüense: fin de la represión, excarcelación de los detenidos y libertad de prensa.

Ortega argumentó además que «no está justificada» la violencia «de todas las partes, de donde sea que venga» y condenó «todos los actos vandálicos». Además, expresó su solidaridad con las familias de las víctimas mortales de la violencia.

El origen de la protesta es una reforma del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) aprobada el pasado 16 de abril por la cual la aportación salarial de los trabajadores a la seguridad social pasaría del actual 6,25 a un 7%; la de los empresarios mediante sus beneficios, de un 19 a un 22,5%; y los jubilados tendrían que empezar a contribuir con una retención en sus pensiones del 5%, informa Europa Press.

Estudiantes atrincherados

Pese al anuncio realizado por el presidente Ortega, la tensión seguía reinando este domingo por la noche en el país. Grupos de estudiantes permanecían atrincherados en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), en Managua, donde habían colocado barricadas de piedras con pedazos de rótulos publicitarios y llantas quemadas.

«No queremos la política sandinista orteguista», aseguró un universitario a Efe, que omitió su nombre por seguridad, mientras caminaba deprisa para apoyar a sus compañeros que, a escasos metros, pedían refuerzos para ahuyentar a agentes antidisturbios que se aproximaban.

Políticos opositores aseguraron por su parte que «la seguridad social ya no es el tema, sino la libertad de expresión, la corrupción, y tantos otros», como dijo la presidenta del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera.

La presidenta del FAD, integrado por dirigentes de la antigua principal fuerza opositora de Nicaragua, sostuvo que la situación de Nicaragua «únicamente tiene dos salidas: que renuncie [Ortega] a la presidencia o que llame a elecciones libres, transparentes y competitivas, de inmediato».

«Lo que hizo hoy Ortega no cambia la situación de Nicaragua, los heridos continúan, los muchachos siguen presos, hay más de 25 muertos, más de 100 entre desaparecidos y detenidos, siguen las demandas por la justicia, por el derecho a hablar», afirmó por su parte la dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Margarita Vijil.

La principal cúpula del país, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), mantenía la convocatoria, lanzada el pasado viernes, de una gran movilización este lunes en la capital «por la paz y el diálogo».

Saqueos

Aunque la reforma a la seguridad social «creó está situación dramática», como reconocía este domingo Ortega en su alocución, muchos manifestantes han dicho que salieron a las calles también para protestar por otros problemas, como los ataques a la libertad de expresión y prensa, los supuestos fraudes electorales y el actuar impune de la Policía.

Este domingo la jornada estuvo dominada por saqueos, a lo que se sumó la compra masiva de víveres y gasolina por parte de la población, y pronto se vio la escasez, incluso en los cajeros automáticos.

El escenario era similar a una guerra, con calles atravesadas por barricadas, el humo de llantas que habían sido quemadas, cenizas de las banderas del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y figuras de hierro llamadas «árboles de la vida», representativos de los gustos de la familia presidencial, tumbadas.

La iglesia Católica hizo público su abierto respaldo a los manifestantes y ofreció sus templos como refugios en medio del aplauso de sus feligreses.

Después de la derogación de las medidas por parte de Ortega, los nicaragüenses reaccionaron con comentarios en las redes sociales y muchos volvieron a las calles, lo que supone un punto y seguido con aires de incertidumbre.

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