El ‘brexit’, la gestión migratoria y unas elecciones decisivas, los retos de la Unión Europea para 2019

EMILIO ORDIZ

  • El freno a los discursos extremistas y populistas es otro de los retos que se afrontan desde Bruselas.
  • Una posible nueva recesión económica mantiene en alerta a las instituciones comunitarias.

Banderas de Reino Unido y la UE

El año 2019 será uno de los más importantes de la historia de la Unión Europea. Y lo será por varios motivos. Más allá del brexit, que resulta ser el principal cisma a resolver, Bruselas cuenta con numerosos frentes abiertos que podrían condicionar de forma importante el futuro del bloque de 27 (tras la más que posible salida del Reino Unido).

Expertos en política comunitaria analizan para 20minutos cómo deben afrontar los Estados miembros el año, de tal manera que se consiga reforzar la unión y el buen funcionamiento de las instituciones: en este sentido, comentan, los esfuerzos podrían centarse en combatir «los discursos extremistas» que lo que buscan es «provocar fricciones entre los países más relevantes» como son Francia, Alemania o incluso España, que con el brexit debe ser capaz de «dar un paso adelante».

Con todo, conviene desgranar cada uno de los frentes abiertos a solo cinco meses de acudir a las urnas. En ellas, los ciudadanos europeos deberán elegir qué camino ha de coger la UE para los próximos cinco años. Los analistas coinciden en que debe ser un periodo de «mucho debate» incluso entre posiciones «iguales».

Brexit: el primer enigma a resolver

De cómo y cuándo salga el Reino Unido de la UE, si es que sale, dependerá el futuro más cercano del grupo comunitario. La Unión tiene que afrontar con el brexit no solo el mayor reto para 2019, sino quizás el más grande de su historia a nivel de estructura. Los acontecimientos han provocado que la parte fuerte de la negociación sea precisamente Bruselas. Theresa May, como eslabón débil, tiene que combatir las tensiones internas, y mientras, la Comisión Europea espera sentada.

El 29 de enero, el Parlamento británico debate el plan B del brexit que presentará la primera ministra: hasta entonces, acudirá a Bruselas para renegociar la salvaguarda con Irlanda del Norte y abrirá un proceso de conversaciones con la oposición para alcanzar un pacto interno e informar del mismo a Michel Barnier. Entretanto, la UE pone como condición para ampliar los plazos que haya acuerdo entre May y Corbyn. De lo contrario, el Reino Unido abandonará la Unión en marzo, sea con o sin pacto.

Los expertos coinciden en que la incertidumbre va a marcar la situación política en el corto plazo. Mientras la oposición a May sigue pidiendo un segundo referéndum, la premier asegura que intentará renegociar algunos de los puntos clave del pacto. Entre ellos está el asunto que provoca el mayor cisma: la salvaguarda con Irlanda del Norte. En definitiva, todos los escenarios están abiertos aunque el reloj corra en contra de los británicos.

Migraciones: en busca de una mejor gestión

Es otro de los retos principales para este año. Pedro Sánchez cree que la UE  debe aunar solidaridad y responsabilidad en su política migratoria y advirtió de que «el prestigio de Europa se pone en duda» si emergen «actitudes contrarias a la más esencial humanidad». Así lo hizo saber en su discurso en el Parlamento Europeo.

Tal es la intención del Gobierno español que la Secretaría de Estado de Migraciones tendrá un presupuesto de 481,24 millones de euros, un 26,5% más que en 2018, de los que 382,3 millones serán para atender a migrantes, refugiados y desplazados, entre los que se incluye la reubicación de 1.200 personas del programa de acogida de refugiados en la Unión Europea.

En el contexto comunitario el debate ha ganado en intensidad, sobre todo desde la aparición de posiciones extremas como la de Matteo Salvini, partidario de cerrar fronteras. A este discurso se han sumado otros países como Hungría o Polonia. «Nuestro país es seguro porque no hemos aceptado inmigrantes musulmanes, nos da igual que nos llamen racistas», dijo en su momento el viceministro de Justicia polaco. En frente, Alemania, Francia o la propia España apuestan por una «solución responsable» que respete en todo momento «los derechos humanos».

2019, año electoral

«Estas elecciones son decisivas, no como las anteriores que parecían quedar en un segundo plano», cuenta Luis Bouza, profesor de la UAM. Para él, los comicios se van a convertir «en un combate entre los proeuropeos y los extremistas» y considera que podrían ser un claro ejemplo de cómo los partidos tradicionales se han ido desdibujando.

«Hay líderes como Albert Rivera o Emmanuel Macron que abanderan el discurso proeuropeo», reconoce Bouza, pero avisa de que lo mejor sería «que los votantes pudieran encontrar diferencias entre los partidos que defienden la UE». De lo contrario, un panorama en el que solo existiera el a favor o en contra «beneficiaría» a los populistas. «Los ciudadanos tienen que votar, sí, pero también es necesario que sepan qué votar«, termina el profesor.

Precisamente pare frenar los mensajes extremistas, el Parlamento Europeo está centrando fuerzas en impulsar el voto, sobre todo en el caso de la gente joven. Los jóvenes son los que menos votan en las elecciones europeas (solo un 27% lo hizo en las últimas). Un buen ejemplo de esta abstención juvenil quedó patente precisamente en el referéndum del brexit y desde Bruselas apuntan a que «el bien o el mal de las elecciones» depende en gran parte de que los jóvenes acudan a las urnas.

En este sentdo, el eurodiputado de Podemos, Miguel Urban, explicó a 20minutos que el escenario electoral está «muy abierto». Para Urban todo es muy cambiante. «Hace poco parecía que Macron iba a cambiar Europa y ahora está hundido en las encuestas en Francia». El peligro está, según él, en la extrema derecha: «No solo está en auge sino que intenta unificarse y conseguir un único grupo en el Parlamento Europeo, que podría ser el segundo con más apoyo».

El eurodiputado morado reconoce que esto viene también influído por la caída del Partido Socialista. «Nosotros lo que intentamos es construir un espacio político del cambio, un espacio que se pueda enfrentar tanto a la extrema derecha como a las políticas neoliberales», sentenció. En ese contexto, es consciente de que se necesita movilizar el voto y ve como una buena oportunidad el hecho de que en España las elecciones europeas se celebren a la vez que las autonómicas y municipales.

Ciberseguridad: el peligro de la modernidad

La Unión Europea aspira a reforzar sus normas sobre ciberseguridad para hacer frente a la creciente amenaza que plantean los ataques cibernéticos. Es una manera, apuntan desde la Comisión, también de adaptarse «a la nueva era digital». Ya en 2017 se presentó una batería de medidas para los siguientes años, y el 19 de diciembre de 2018, los representantes permanentes ante la UE aprobaron el Reglamento de Ciberseguridad.

Según la UE, los actuales sistemas informáticos pueden verse gravemente afectados por incidentes de seguridad, como los fallos técnicos y los virus. Este tipo de incidentes, a menudo denominados incidentes SRI, son cada vez más frecuentes y difíciles de atajar, apuntan. Resolver este tipo de situaciones y consolidar la seguridad debe ser otro de los retos para este año. Además, se calcula que los ataques informáticos cuestan a la economía mundial unos 400.000 millones anuales.

El desempleo y la sombra de otra crisis

Esta es una sombra que siempre ha estado latente en torno al gigante comunitario. La amenaza de una nueva crisis económica a nivel mundial mantiene en vilo a los países miembros, de ahí que la Comisión Europea haya puesto el foco sobre los Presupuestos Generales tanto de España como de Italia (de hecho el Gobierno de Conte ha tenido que rectificar los suyos).

Los expertos vaticinan una nueva recesión en el año 2020, porque para muchos las grandes potencias están creciendo por encima de sus posibilidades. Esa es una de las claves. La otra podría estar en las tensiones comerciales que se han generado, sobre todo con Estados Unidos desde la llegada al poder de Donald Trump.

En este sentido, un reto para la UE también sería mantener el desempleo en cifras bajas respecto a 2008. A finales de 2018, la tasa se situaba en un 7,9% en la Zona Euro, mientras que el paro juvenil estaba en un 16,9%. El objetivo es seguir reduciendo esas cifras al tiempo que se estabiliza la economía.

Presidencia rotatoria: deberes para Rumanía, Finlandia y Croacia

En el marco del año hay que explicar también la importancia de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. En 2019, esto recaerá en manos, por este orden, de Rumanía, Finlandia y Croacia, empezando hasta el 30 de junio por el Ejecutivo rumano. Tal como se explica desde Bruselas, este trío fija los objetivos a largo plazo y elabora un programa común con los temas y principales asuntos que abordará el Consejo en un periodo de 18 meses.

Las prioridades de la Presidencia rumana se rigen por este lema: cohesión, valor común europeo entendido como unidad, igualdad de trato y convergencia, tal como explican las autoridades. Además, este proceso incluye que el día de Europa se celebre en ese país, concretamente en la ciudad de Sibiu. Cabe destacar que es la primera vez que Rumanía preside el Consejo desde su entrada en la UE en el año 2007.

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