EEUU y los países árabes «acorralan» a Irán en un momento de máxima tensión en el Golfo Pérsico

LORENA GAMARRA

El primer ministro iraní, Hassan Rouhani.

Arabia Saudí ha denunciado este domingo que dos buques petroleros han sido objeto de un «sabotaje» en la zona económica de Emiratos Árabes Unidos (EAU), en el área de Fujairah, donde en total cuatro barcos fueron objeto de ataque y sufrieron «daños significativos» aunque sin víctimas.

Las autoridades emiratíes han llamado a la comunidad internacional a «asumir las responsabilidades» de evitar tales acciones por parte de quienes intentan socavar la seguridad del tráfico marítimo y, aunque no ha habido alusiones directas a Irán, las acusaciones de los países árabes apuntan al Gobierno de Teherán. El país persa, por su parte, se ha desmarcado de este ataque y ha denunciado una conspiración para crear inseguridad en el golfo Pérsico ante el temor a convertirse en el blanco de un eventual ataque.

El incidente se produce en un momento de repunte de la tensión entre Irán y Estados Unidos en el golfo Pérsico y puede ser usado como excusa para tomar nuevas medidas contra el país persa, que anunció días atrás que incumpliría de forma parcial el acuerdo del Pacto nuclear tras la ruptura de Trump.

Origen del conflicto

Irán, explican los expertos, tiene varios frentes abiertos y todos ellos influyen en más o menos medida. Por un lado, la política iraní «choca con la del resto de países árabes», según Florentino Portero, director de Política Internacional en la Universidad Francisco de Vitoria y miembro del consejo asesor del Instituto de Seguridad y Cultura. Recuerda que, al contrario de esos países musulmanes, Irán es persa y entra en la pugna con el resto de territorios por «liderar el Califato».

A su vez, sitúa a Israel en el punto de mira por «traidor al islam» hasta el punto de querer «acabar» con este país y a ello se une la causa con EEUU, que ejerce de aliado de varios países árabes. «La administración Obama quiso separar los problemas, de modo que firmó el acuerdo nuclear en 2015, pero no intervino en otros problemas, y Trump lo que ha hecho ha sido volver a reunirlos todos», señala Portero.

En este sentido, el presidente de EEUU decidió abandonar el pacto nuclear el pasado año e imponer sanciones a Irán por sus actividades en otros territorios. «De esta forma, Irán no puede intervenir en determinados servicios y el resultado es una crisis interna en el país», explica este experto. Una crisis que deriva en una mayor tensión entre la población y que puede ser difícil de controlar para la dictadura, que tiene, además, carácter religioso.

Es la manera de Trump de «acorralar» al régimen de Rohani, que ha respondido a las sanciones de EEUU suspendiendo parte de sus compromisos como son la venta de los excedentes de uranio y de agua pesada.

A qué países afecta

«El acuerdo está roto», apunta Portero, que ahonda en la complejidad del asunto. Si bien el pacto parece no existir ya, no lo consideran así los países firmantes (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania). Ninguno de ellos quiere cambiar nada del pacto nuclear, pero tampoco están dispuestos a reconocer que está roto porque podría suponer la vuelta al programa nuclear de Irán, y una de las consecuencias sería la posibilidad de los iraníes de dotarse de cabezas nucleares y «Europa está en el rango de acción».

Es por ello que el papel tanto de Europa como de los países del Pacto nuclear es de «contención», en palabras de Portero, mientra EEUU e Irán «miden fuerzas» y los países musulmanes «acusan a Europa de inacción».

La última decisión de Trump ha sido el despliege americano de su portaaviones «USS Abraham Lincoln» y de cuatro bombarderos en Qatar ante un posible ataque iraní a las fuerzas militares americanas estacionadas en Irak o de posibles salidas de Irán por mar que conllevaran un incumplimiento de las sanciones.

Una posible guerra

Pese a la escalada de tensión, «ninguno de los países en cuestión pretende ir a una guerra directa», asegura Portero, que matiza sobre la posibilidad de una «guerra indirecta». Esto es, que «choquen a través de un tercer conflicto» en otro territorio y «que uno se posicione del lado yemení, por ejemplo, y el otro del contrario». Pero EEUU, al menos, «no quiere ir a una guerra», recalca, sino que está dejando empobrecerse a Irán para que deje de actuar en otros países. La cuestión es si Rohani cederá.

Siguiente escenario o posible solución

La solución a este problema no es fácil, como tampoco lo es predecir un posible movimiento. «Aquí lo que hay es una exhibición de fuerzas y hay que ver quién se doblega», apunta Portero. «EEUU tiene más poder que el resto de países, pero lo importante es si quiere llegar al conflicto, y no quiere. Está exhibiendo su poder mientras Irán le pone a prueba para ver hasta dónde puede llegar», añade. Por tanto, el siguiente paso podría ir, desde un doblegamiento por parte de Rohani, que acate y deje de intervenir en otros territorios, o el paso contrario.

Ante la delicada situación, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha viajado a Bruselas de urgencia este lunes antes de volar a al balneario ruso de Sochi, en el mar Negro, donde se reunirá con el presidente ruso, Vladímir Putin y con su homólogo Serguéi Labrov.

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