Dos policías intentan desbloquear el móvil de un fallecido mediante su huella dactilar en pleno funeral

20MINUTOS.ES

  • Los hechos ocurrieron en el estado de Florida, Estados Unidos.
  • Victoria Armstrong, prometida del fallecido, afirmaba que nadie les avisó de la visita.

El pasado mes de marzo, un agente de policía de Largo, en Florida, Estados Unidos, abatía a tiros al joven Linus Phillip, de 30 años. Todo sucedió después de que Phillip intentase escapar de las fuerzas de seguridad, que iban a realizarle un registro de drogas.

Los agentes detuvieron a Linus Phillip porque iba al volante de un coche con los cristales no homologados. Tras detener el vehículo, la policía detectó un fuerte olor a marihuana procedente del interior del auto. En ese momento, los policías le pidieron al joven que bajase del automóvil para proceder a su registro.

En cambio, Phillip optó por huir, arriesgándose a cometer un atropello a los agentes. Por esta razón y «en defensa propia», tal y como aseguró uno de los agentes a Tampa Bay Times, decidieron dispararle. A pesar de los intentos de reanimación, las asistencias sanitarias no consigueron salvar la vida al hombre. Al llevarse a cabo el registro del coche, se comprobó que Phillip portaba una considerable cantidad de crack, marihuana y cocaína en polvo.

Con el objetivo de esclarecer el caso y encontrar nuevas pruebas sobre una trama de tráfico de estupefacientes, en la que Phillip se encontraba enrolado, dos detectives de Largo decidieron acudir a la funeraria en la que se situaba su cadáver, en Clearwater.

Los investigadores intentaron desbloquear el teléfono del fallecido mediante su huella dactilar. Pese a varios intentos, y según informa Tampa Bay Times, los agentes no pudieron desbloquearlo, ya que el móvil tenía una serie de medidas de seguridad que lo impidieron.

Polémica sobre el derecho de privacidad de las personas fallecidas

El acto no sentó nada bien a Victoria Armstrong, la promedia de Phillip, que afirmaba sentirse «violada» por la actuación de los agentes. Amstrong declaraba que los agentes «le faltaron el respeto» con su forma de actuar y que la familia no tenía constancia previa de la visita: «Nadie nos llamó de la funeraria para informarnos de que los detectives venían. Es muy perturbador».

Por otro lado, los agentes discrepan de la versión de Armstrong y dicen que «no se les pasó por la cabeza en ningún momento obtener una orden, puesto que las personas fallecidas no poseen derecho a la privacidad». Esta acción ha vuelto a destapar el debate sobre la privacidad de las personas fallecidas. Entretanto, el fiscal de Pinellas-Pasco y la policía de Largo siguen investigando los hechos para saber qué fue lo que sucedió.

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