Día de la Mujer 2018: Filipinas, un país de mujeres fuertes

ATAHUALPA AMERISE/EFE

Con cada vez más peso en la política y sobre todo en el ámbito empresarial, las mujeres se han abierto paso en Filipinas hasta conseguir que este país en desarrollo sea el número uno de Asia y el décimo del mundo en igualdad de género.

Las féminas ocupan un 46,58 por ciento de los cargos directivos en empresas filipinas, casi el doble del promedio mundial, según un informe sobre 35 países de todo el mundo publicado hoy por la consultora británica Grant Thornton International con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Por otro lado, Filipinas ocupó el décimo puesto de un total de 144 países en el Informe Global de la Brecha de Género 2017 del Foro Económico Mundial (FEM), situándose en la cabeza de Asia y por encima de la mayoría de naciones desarrolladas.

«Somos muy resistentes. Hemos crecido en este país con abundantes crisis y problemas. Las filipinas no nos rendimos fácilmente y siempre estamos dispuestas a asumir retos», explica la empresaria y filántropa manileña Mache Torres.

Torres, directora ejecutiva de una inmobiliaria, dedica parte de su tiempo libre a impartir lecciones y organizar actividades que permitan a otras mujeres avanzar en el ámbito de los negocios.

La empresaria define Filipinas como «un país de mujeres fuertes y una sociedad matriarcal por herencia de la colonización española», por lo que cree que «no es casualidad que cada vez haya más mujeres con peso en el sector privado y en la política».

Sin embargo, en el sector público los datos no son tan optimistas. En la Cámara de Representantes o parlamento solo el 29 por ciento de los escaños están ocupados por mujeres (85 de 292), mientras que en el Senado apenas representan el 25 por ciento (6 de 24).

Aun así, estos datos superan con creces el promedio de la región y Filipinas es el único país de Asia Oriental que ha tenido dos mujeres jefas de Estado: Corazón Aquino de 1986 a 1992 y Gloria Macapagal Arroyo de 2001 a 2010.

Hoy centenares de filipinas salieron a las calles en Manila vestidas de rosa y violeta para reivindicar que aún queda mucho camino hasta la igualdad, especialmente para las mujeres de bajos recursos que son especialmente vulnerables debido a la pobreza y la falta de oportunidades.

Desde el 1 de enero hasta el 23 de febrero se registraron 796 violaciones, casi 15 diarias, en un país de más de cien millones de habitantes donde se multiplican los embarazos indeseados por ignorancia o falta de control y cada 15 minutos una mujer o un niño sufren la violencia doméstica, según datos del Gobierno.

La católica Filipinas es además, junto al Vaticano, el único país del mundo en el que no existe el divorcio, lo que perjudica especialmente a las mujeres víctimas de abusos conyugales, mientras el aborto es un delito castigado con duras penas de cárcel y apenas se imparte educación sexual en los colegios.

En la concentración de hoy las manifestantes también pusieron en su punto de mira al actual presidente del país, Rodrigo Duterte.

«Ahora, más que nunca, hemos experimentado el arraigado prejuicio contra nuestra feminidad. El propio presidente Duterte promueve la misoginia, la objetivación y la discriminación contra la mujer», expresó en un comunicado el Centro para los Recursos de la Mujer, grupo feminista que coorganizó el evento.

El jefe de Estado filipino, conocido por sus habituales salidas de tono, afirmó recientemente hay que disparar «en la vagina» a las mujeres integrantes de un grupo guerrillero del país ya que «sin ella serían inútiles», un comentario que fue denunciado por ONG filipinas e internacionales.

Mujeriego confeso, Duterte ha sido objeto de polémica en numerosas ocasiones por comentarios considerados sexistas, misóginos o despectivos, como cuando bromeó sobre una monja australiana violada en 1989 o más recientemente ofreció «42 vírgenes» a cada turista que visitara Filipinas.

«Cuando el líder del país se burla de nosotras o hace una broma sexual que nos degrada, no podemos esperar una disminución en la cantidad de abusos», denuncia el Centro para los Recursos de la Mujer.

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