Del «por qué no te callas» a la expulsión del embajador: las difíciles relaciones entre España y Venezuela

EFE

Las relaciones entre España y Venezuela, nuevamente enturbiadas por la expulsión del embajador español en Caracas, se han caracterizado por la tensión desde poco después de la llegada de Hugo Chávez al poder, han sido especialmente difíciles con el PP en el Gobierno, pero vivieron su episodio más crítico en la etapa socialista con el «¿Por qué no te callas?» que le espetó el rey Juan Carlos a Chávez en 2007.

Las dificultades diplomáticas se han producido, no obstante, en el marco de unas relaciones tradicionalmente estrechas entre ambos países con numerosos vínculos personales y familiares, especialmente en el caso de Canarias, donde popularmente se conoce a Venezuela como «la octava isla».

Según los últimos datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero del INE, en enero de 2017 vivían en Venezuela 180.497 españoles, la tercera mayor colonia española en el exterior por detrás de Argentina y Francia.

En cuanto a los venezolanos residentes en España, en la misma fecha ascendían a 68.639, solo superados por los nacionales de ese país afincados en Estados Unidos y después de un incremento del 26,2% en el año anterior.

Pero una cosa son las relaciones personales y otra muy distintas las políticas, y los gobiernos español y venezolano no se han llevado precisamente bien en los últimos años.

2002: cuando empezó todo

En los noventa las relaciones eran amistosas y la cordialidad se mantuvo con la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, aunque las cosas se torcieron a partir de abril de 2002 cuando Venezuela criticó la postura del Gobierno español respecto al golpe de Estado en el país caribeño, mientras que en paralelo crecía la tensión por las dificultades que encontraba España en sus reclamaciones de extradición de etarras.

Unas declaraciones de 2003 del entonces presidente del Gobierno español, José María Aznar, pidiendo a Chávez que se apartase del modelo cubano fueron consideradas por Chávez como un intento de injerencia.

Las relaciones mejoraron con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y en noviembre de 2004 Chávez visitó España, donde se suscitó una fuerte polémica por unas declaraciones de ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en las que aseguró que el Gobierno de José María Aznar había apoyado la intentona golpista de abril de 2002 en Venezuela.

En 2005 fue Zapatero quien visitó Caracas y en ese viaje se firmaron varios acuerdos energéticos y de ventas de material militar que provocaron protestas en España y por parte del gobierno de Estados Unidos, que llegó a vetar la venta de unos aviones fabricados por EADS-CASA con el argumento de que llevaban tecnología estadounidense.

La cumbre del «¿por qué no te callas?»

Pese a ese buen clima bilateral enturbiado solo por la «permisividad» que España apreciaba por parte del gobierno venezolano con los etarras residentes en ese país, el incidente que tuvo mayor repercusión internacional se produjo en la Cumbre Iberoamericana de 2007 en Chile, cuando el rey Juan Carlos le espetó a Chávez el ya famoso «¿Por qué no te callas?».

Los insultos de Chávez a José María Aznar y sus interrupciones a José Luis Rodríguez Zapatero cuando este le pedía que cesara en sus ataques al expresidente del Gobierno español provocaron la reacción del monarca.

Chávez insistió entonces en que el rey debía disculparse, aseguró que se iban a revisar las relaciones con España y amenazó con vigilar las empresas españolas en Venezuela e incluso con nacionalizar bancos españoles; el episodio no se zanjó hasta julio de 2008, cuando Chávez visitó España y se entrevistó con el rey y con Zapatero.

La tensión aumentó con Maduro en el poder

El fallecimiento de Hugo Chávez en julio de 2013 y la llegada al poder en Venezuela de Nicolás Maduro —ya de nuevo con el PP en el Gobierno en España desde 2011— no hizo más que incrementar la tensión.

Especialmente molesto se mostró Maduro cuando en octubre de 2014 el presidente español, Mariano Rajoy, recibió a Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López; y en marzo de 2015, cuando se entrevistó con Mitzy Capriles, esposa de otro opositor encarcelado, el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma.

Desde entonces se han sucedido entre ambos países varias protestas diplomáticas, llamadas a consultas e incluso retiradas temporales de embajadores.

En abril de 2015, después de que el Congreso aprobase una resolución pidiendo la liberación de los políticos venezolanos encarcelados, Maduro acusó a Rajoy de maniobrar contra Venezuela; al día siguiente España convocaba al embajador de Venezuela en Madrid, y Venezuela al embajador español en Caracas.

Tan solo una semana después, el 22 de abril España llamó a consultas a su embajador en Caracas en protesta por las palabras de Maduro, quien acusó al Gobierno español de «apoyar al terrorismo» en Venezuela.

En este tiempo Maduro ha llamado al presidente del Gobierno español «sicario» (julio de 2015), «racista y colonialista» (enero de 2016), «basura corrupta» (abril de 2016) y «cobarde» y «ridículo» (mayo de 2016), entre otros epítetos, lo que llevó al gobierno español a convocar al embajador venezolano en varias ocasiones e incluso a retirar al embajador de España en Venezuela entre abril y mayo de 2016.

Las desavenencias a nivel diplomático se reprodujeron en febrero de 2017 al cumplirse tres años del encarcelamiento del líder opositor Leopoldo López. Con este motivo, el presidente español pidió «justicia, derechos humanos y libertad para los presos políticos venezolanos», a lo que Maduro respondió calificando a Rajoy de «bandido» y «protector de delincuentes y asesinos». España volvió a convocar al embajador de Venezuela.

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