China aprueba perpetuar en el poder a su presidente Xi Jinping

AGENCIAS

El pleno de la Asamblea Nacional Popular de China (ANP, Legislativo) ha aprobado este domingo una enmienda constitucional que establece una presidencia indefinida para el actual jefe del Estado, Xi Jinping.

La ANP aprobó con una sola votación el conjunto de 21 enmiendas constitucionales propuestas, entre las que figura la eliminación del límite de dos mandatos consecutivos de cinco años cada uno para los presidentes del país. El resultado de la votación fue de 2.958 votos a favor, 2 en contra y tres abstenciones.

El Partido Comunista de China propuso la enmienda el mes pasado en un edicto que contaba con plenas garantías de aprobación parlamentaria, dado que la cámara no tiene capacidad alguna para oponerse a la doctrina oficial al estar formada por los propios integrantes del partido.

En la enmienda aprobada este domingo, la primera modificación de la Carta Magna en 14 años, se ha decidido también incorporar al texto una cláusula ideológica referida al «pensamiento» del presidente Xi «sobre el socialismo con características chinas para una nueva era».

Otra de las enmiendas aprobadas este domingo prevé incluir como un nuevo órgano estatal en la Constitución las llamadas comisiones de supervisión, que deberán combatir la corrupción. La comisión de supervisión nacional, siendo un órgano de supervisión supremo, vigilará las comisiones locales y responderá ante la Asamblea y ante su Comité Permanente.

La primera Constitución de China fue aprobada en 1954; la Carta Magna en vigor, enmendada en cuatro ocasiones ya, data de diciembre de 1982. La sesión anual de la Asamblea comenzó el 5 de marzo y durará hasta el 20 de marzo, cinco días más de lo normal.

Poder indefinido para Xi

En una intervención tras la votación, el presidente de la ANP, Zhang Dejiang, destacó la importancia de «defender el liderazgo centralizado y unificado» con Xi Jinping «en su núcleo».

La aprobación de las enmiendas constitucionales supone una consolidación aún mayor del poder de Xi, que justo termina su primer mandato de cinco años y alcanza así un poder indefinido que los analistas han comparado al de Mao Zedong.

Además, el retorno a un liderazgo indefinido supone una ruptura con el sistema creado por Deng Xiaoping, que establecía un poder más colegiado, con límites temporales para los altos cargos, a fin de evitar los excesos que causó la acumulación del poder personal desmedido durante la época de Mao (1949-1976).

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