Catástrofes en Indonesia: la conexión entre erupciones volcánicas y tsunamis

LARA MONTOTO

El monte Anak Krakatau (Indonesia), en erupción

No es casualidad que el término tsunami proceda de la unión de las palabras japonesas tsu (puerto o bahía) y nami (ola), pues el país nipón conoce de primera mano los efectos de esta catástrofe natural, consistente en una ola gigante que arrasa todo a su paso.

El último ha tenido lugar en Indonesia, pero no ha sido el primero ni será el último que se produzca en esta región, sacudida constantemente por este tipo de fenómenos derivados de los movimientos de la tierra.

Pero… ¿qué tiene esta zona para que constantemente sea sacudida por fuertes terremotos que en ocasiones derivan en tsunamis? Estas son las claves:

La ubicación: el Cinturón de Fuego

También conocido como Anillo de Fuego del Pacífico, incluye a los países Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos, Canadá, Rusia, Japón, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Malasia, Timor Oriental, Brunéi, Singapur, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tonga, Samoa, Tuvalu y Nueva Zelanda.

En él se concentran algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo. «Casi toda la actividad sísmica y volcánica se produce en los límites de las placas tectónicas», explica a 20minutos el director de la Red Sistémica Nacional, Emilio Carreño Herrero, . «En toda aquella zona, la placa australiana se encuentra con la placa euroasiática, pero lo hace a una velocidad bastante grande. En ese choque de placas se produce una subducción en la que una placa se mete por debajo de la otra a gran velocidad, más o menos a 60 milímetros al año. Hay que tener en cuenta que en nuestro entorno la placa africana y la europea se mueven de un milímetro a cuatro al año».


Mapa de las principales placas tectónicas. Foto: Daroca90 / WIKIMEDIA COMMONS

«Cuando se mueven tan rápido se acumula rápidamente energía, lo que produce grandes terremotos y con más frecuencia. Como hay subducción porque una placa penetra por debajo de la otra, se produce también el fenómeno volcánico», prosigue el experto.

De hecho, si se consulta el top 20 de los mayores terremotos del mundo recogidos por el USGS (el Servicio Geológico de los Estados Unidos), se puede comprobar que prácticamente todas las regiones que los han sufrido pertenecen al anillo de fuego o se encuentran cerca de él.


Mapa con los 20 mayores terremotos del mundo. Foto: USGS

¿Cómo se genera un tsunami a partir de una erupción volcánica?

El experto con el que hablamos nos indica que, aunque es poco frecuente, este fenómeno se puede producir de dos maneras: «Cuando la erupción volcánica genera un colapso de la caldera en el que toda la ladera del volcán cae hacia el mar a una velocidad tremenda (unos 300 km/h), lo que originaría un tsunami; o bien que la erupción sea submarina».

No obstante, las imágenes que llegan desde Indonesia del volcán Anak Krakatau muestran una erupción terrestre, pero no hay que olvidar que, tal y como Carreño recuerda, «algunos volcanes tienen otros conos submarinos». «Desde luego, para que haya un tsunami tiene que haber un colapso de la caldera, algo que parece que no haya ocurrido. Por lo tanto, tiene que haber algún otro cono submarino del propio volcán. Aun así, para originar un tsunami a su vez ha tenido que estar acompañado de un movimiento de tierra suficientemente grande para generarlo».


La erupción del monte Anak Krakatau. Foto: Nurul Hidayat / EPA / EFE

«Lo raro de este caso es que no ha habido terremoto, si no que el tsunami ha derivado directamente del volcán», observa Emilio Carreño.

La gran incógnita de este tsunami

Ahora bien, cabe preguntarse cómo es posible que Indonesia, curtida en este tipo de catástrofes, no tuviese activado un sistema que alertase de terremotos producidos por erupciones volcánicas, tal y como han dado a conocer en las últimas horas.

«Generalmente las erupciones volcánicas van acompañadas de mucha actividad sísmica anterior. Es fácil que los servicios sismológicos del país sí estuvieran detectando los movimientos sísmicos previos a la erupción de este volcán. Lo que no podían esperar de ninguna manera es que precisamente este volcán fuera a provocar un tsunami, que es un caso más extraño», comienza a explicar el Carreño, que recuerda que todavía no se sabe con precisión cuál ha sido el detonante real del tsunami.

«Es cierto que no funcionaron las alarmas y no se activó el sistema de alerta de tsunami, pero es que los sistemas de alerta de tsunamis están básicamente basados en la actividad sísmica. Entonces, si no ha habido una actividad sísmica demasiado grande, es fácil que no hayan podido avisar».

Pero, acaso ¿es frecuente que estos sistemas de detección cuenten con tecnología que alerte de tsunamis derivados de erupciones volcánicas? «No. Ahora se han visto cambios en la ionosfera asociados a movimientos de masas de agua grandes, pero es algo todavía en estudio a nivel de universidades». zanja Carreño. De hecho, por el momento ningún país cuenta con un sistema efectivo que detecte este fenómeno concreto, aunque está habiendo avances importantes en este campo. El director de la Red Sísmica Nacional nos explica cuáles:

A través de los cables de fibra óptica submarinos

«Se están haciendo intentos para poder mandar señales sísmicas submarinas que alerten de estos eventos a través de los cables de fibra óptica submarinos que atraviesan los océanos. Pretenden que, si estos cables detectan algún cambio en algún punto del recorrido por el que pasan, lo registren. Ya están empezando a obtener resultados buenos y los empiezan a aplicar».

A través de las boyas

«Las boyas que están en el mar y detectan el movimiento del agua, nos podrían alertar de que viene un tsunami, pero funcionan a grandes distancias. Para que sea efectivo averiguar a través de una de estas boyas si se está generando un tsunami originado por un terremoto, tiene que haber un intervalo de 30 minutos para poder diferenciarlo del movimiento del tsunami. De momento solo nos servirían a nosotros [los españoles] si ha habido un terremoto gigante en el Caribe que diese lugar a un tsunami gigante y, al día siguiente o al cabo de muchas horas, nos viniese la ola».

Cronología de catástrofes naturales en Indonesia

Se tienen datos de la actividad sísmica importante de la región de Sumatra (una isla perteneciente a Indonesia) desde el siglo XVIII, cuando en 1797 tuvo lugar un terremoto que alcanzó la magnitud 8,9 en la escala de richter. Un siglo después tuvieron lugar otros dos, que llegaron a la magnitud 9,1 y 8,5.

Pero fue el 26 de diciembre de 2004 cuando se produjo un gran terremoto que desencadenó una serie de devastadores tsunamis. Pasó a la historia como tsunami asiático, y en aquella fecha murieron 184.167 personas de un total de 15 países que se vieron afectados. El grueso de muertes se ubicó en Indonesia, con un total de 130.736. En esta jornada se han inspirado películas como Lo Imposible, de Juan Antonio Bayona.


Escena de la película de Bayona ‘Lo imposible’. Foto: Archivo

Carreño indica que fue entonces cuando «realmente se empezó a poner interés en este tema. Antes eran muy pocos los países que tenían sistema de alerta y tampoco eran muy completos. En España tenemos sistema de alerta de tsunami desde a penas dos años y nosotros también podemos sufrirlos. De hecho, la mayor catástrofe natural que hemos vivido en España fue el tsunami de 1755″.

Desde entonces, en Indonesia se han producido numerosos terremotos con graves secuelas. Un año después, en 2005, tuvo lugar uno en Sumatra que se cobró 1.303 vidas. En julio del año siguiente la isla de Java se vio afectada por unos temblores que en aquella ocasión también vinieron acompañados de una ola gigante, aunque se llevó menos vidas por delante (341 en total).

En 2009 se produjo en la provincia indonesia de Papúa Occidental otro terremoto que acabó con cuatro personas y en 2010 tuvo lugar otro más que acabó con 372 muertos. Antes de que se produjese el último tsunami que ha vivido el país asiático este sábado, en septiembre se originó otro en las islas Célebes -también pertenecientes al país asiático- con el que solo una persona perdió la vida.

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