Argentina en seis claves: Macri y la nueva crisis que es la crisis de siempre

JUAN CARLOS MARTÍNEZ

Argentina

De nuevo Argentina. De nuevo una crisis amenaza al cono sur. De nuevo los fantasmas de la devaluación rondan al país que inventó el «corralito». Ni siquiera los millones obtenidos del FMI por el presidente Mauricio Macri parecen contener el nuevo viaje al caos financiero y social de una de las principales economías de América Latina.

Macri anunció el pasado lunes una nueva batería de reformas con el objeto de conjurar la crisis. Aumento de impuestos y recorte de carteras ministeriales se han sumado a los millones adelantados por el Fondo Monetario Internacional para contener la escalada.

Pero, pese a todo, el peso argentino se sigue devaluando y los índices económicos no parecen remontar. ¿Qué está pasando en Argentina?

Nueva crisis: la misma crisis

Macri llegó al poder en 2015 con la promesa de cambio, tras 12 años de peronismo protagonizado primero por Nestor Kirchner y después por su esposa, Cristina Fernández. Los argentinos decidieron girar hacia una derecha más pragmática y eligieron a este exitoso exempresario para que pusiera orden en la casa, sacudida por los sucesivos enfrentamientos con el FMI.

Pero el know how empresarial no le ha bastado a Macri, que en su discurso del pasado lunes achacó los males actuales a diversos factores, desde el aumento del precio del petróleo y de las tasas de interés en Estados Unidos, hasta la denominada «batalla comercial» entre Pekín y Washington. Pasando, por supuesto, por los escándalos domésticos por supuestos sobornos en los Gobiernos kirchneristas (2003-2015), que «afecta a la imagen del país y genera más dudas», según dijo el presidente.

Para el profesor de Economía de Comillas ICADE, Emilio González, la nueva crisis argentina no es sino la continuación del ciclo de crisis económicas que afecta al país desde hace más de un siglo. Recuerda que fue el país que registro la primera suspensión de pagos de la época contemporánea, en el siglo XIX. «Desde entonces ha ido de suspensión en suspensión y ya registra 14».

Enfocada a la exportación

Para González, una de las principales causas de estas sucesivas crisis es que la economía argentina está enfocada hacia las exportaciones, demasiado centrada en el sector agroalimentario. «Cuando al mundo le va bien, a Argentina le va bien, pero cuando la economía mundial se desacelera, el país sufre». Y es lo que está pasando ahora mismo con los grandes clientes mundiales, como China, que en plena desaceleración ha reducido la compra de materias primas.

Financiación exterior

El otro factor de peso es la fuerte dependencia de la financiación exterior, señala el profesor del ICADE. 

Parte de los fondos que hasta ahora habían estado financiado economías emergentes están volviendo a EE UU, cuya Reserva Federal ha comenzado a subir los tipos de interés. «Si en Estados Unidos te van a dar el 2 o el 3%, no estas dispuesto a asumir el riesgo, los capitales se van a mover en función de los beneficios», señala González. En círculos especializados argentinos, apunta, existe la percepción de que el Banco Central podía haber previsto que un alza de los tipos en EE UU causaría una salida de capitales, y que sin embargo no se tomaron medidas para controlar los posibles efectos negativos.

Esos efectos llevan meses lastrando la economía del país austral. En lo que va de año, el dólar ha subido un 98% ante el peso argentino. Tan solo en agosto la subida fue del 35%.

En un intento de paliar los daños, el pasado 7 de junio el Gobierno argentino recurrió, de nuevo, a la financiación exterior. Anunció un acuerdo con el FMI para obtener 50,000 millones de dólares en tres años. Un primer tramo, de 15.000 millones, fue liberado ese mismo mes,  y ahora Washington y Buenos Aires están negociando las condiciones para acceder al resto.

Medidas de ‘shock’

Este préstamo va a compañado, como siempre, de una serie de medidas para reducir el gasto y aumentar los recursos. Las principales son:

  • Impuesto a las exportaciones: Habrá un nuevo impuesto generalizado y «transitorio» para las exportaciones en 2019 y 2020. A las empresas de actividades primarias y servicios les tributarán cuatro pesos por cada dólar exportado, mientras que para el resto de compañías el impuesto será de tres pesos por cada dólar. «Es malo, malísimo, pero necesario», lo describió Macri, que en su campaña prometió precisamente una bajada en este tipo de gravámenes.
  • Recorte de ministerios: El número de carteras pasa de 19 a 10. La mayoría, entre ellas Salud, Trabajo, Ciencia y Cultura, pasarán a ser secretarías de Estado que dependerán de ministerios restantes, a excepción del de Modernización, que Macri extingue por completo.
  • Déficit cero. Este año hay un déficit del 4%. Hace meses las autoridades se habían marcado reducirlo a 1,3% para 2019. Pero ahora, tras el acuerdo con el FMI, el nuevo objetivo es alcanzar para el año que viene el «equilibrio fiscal», término escogido por el Ejecutivo para referirse a la meta de dejar el déficit primario argentino en el 0%.

¿Qué necesita Argentina?

Para Gonzalez, este tipo de medidas ayudarán sobre todo a cumplir con los compromisos con el FMI. Pero lo que verdaderamente necesita la economía austral es una profunda reforma fiscal y de gasto público y sobre todo un proceso a largo plazo para reestructurar las bases de su crecimiento y apostar por otro tipo de internacionalización.

La reforma fiscal es necesaria porque en el país «no pagar impuestos es una costumbre y un deporte», Esa evasión fiscal está ligada a la desconfianza hacia el Estado, sobre todo por los recurrentes escándalos de corrupción. De ahí que sea necesaria también una lucha comprometida contra esa lacra.

Y diversificar la economía es fundamental. González pone como ejemplo a su vecino, Chile, un exportador de cobre que también se ha visto resentido por la desaceleración mundial. «Pero en Chile no hay una crisis como la argentina, porque tiene una economía más diversificada», afirma. «Y la dependencia de la financiación externa es prácticamente nula».

¿Es posible un cambio?

Macri tendría que enfrentar las reformas a menos de un año de las elecciones y en medio de un clima de agitación social. La oposición política ya ha mostrado su rechazo a las medidas y la Confederación General del Trabajo, la mayor central obrera de Argentina, ya ha convocado a huelga para el próximo 25 de septiembre. Sería el cuarto paro general de la era Macri.

El margen de maniobra del Ejecutivo para una reforma profunda depende de la postura que adopten los actores políticos y la sociedad. «Por desgracia, la experiencia que tengo es que Argentina tiende mucho al populismo», apunta González. «Tiende mucho a creer en soluciones fáciles y que todo lo arregla el Estado. Todo va a depender ahora de cómo se enfoquen las campañas electorales, si los actores políticos quieren pasar por la sensatez o volver a lo mismo»

En suma, la economía argentina necesita cambios profundos en sus sistemas fiscales y de gasto público, y aún más en sus bases de crecimiento. Mientras eso no suceda, es previsible que periódicamente se sigan produciendo crisis como la actual en el país. «Argentina tiene que empezar a pensar en poder orden ya», apunta el experto del ICADE, «no pueden seguir viviendo de la ilusión».

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