Cambiar lo que se ve se logra donde no se ve

Los resultados suelen engañar. Podemos creer que vienen solo de lo que vemos. Es mucho más profundo lo que tenemos que cambiar para lograr lo que queremos.

Ver a una persona obtener resultados es interesante. Podemos pensar que es posible y salir a perseguir lo que otros logran. Veo cómo muchos motivadores se paran frente a miles de personas y les cuentan su propia hazaña con el objetivo de ayudarlos a hacer el camino.

Puede aparentar que un jugador de béisbol logra batear un jonrón con el simple hecho de conectar la pelota haciendo un movimiento con su bate. No es sencillo, conlleva años de perfeccionamiento tomar una decisión en centésimas de segundos: tomaré el lanzamiento, trataré de batear largo o corto, será una curva, será rápido o lento, vendrá al medio o fuera, etc. Insisto, centésimas de segundos.

Un gran jonronero puede pararse frente a un grupo de emprendedores y contarle su historia. Los puede motivar a lograr lo que quieren. Pero solo lo conseguirán cuando cambien bien dentro lo que hoy están haciendo y no los ha llevado a donde quisieran estar. Vamos por partes:

– Resultado. Batear el jonrón es el logro. Al igual que lo puede ser conseguir grandes ventas o lograr una buena comunicación con un ser querido (como un hijo). Me puedo parar con el bate del gran jonronero y la gran motivación que me impregnó y nunca lo lograré. Tampoco lograré más en lo mío por saber cómo él lo hace.

– Acciones. Para obtener los resultados las personas tomamos acciones. Podemos ver cómo el pelotero practica para dar sus batazos. Cómo los que tienen una buena comunicación con sus hijos se sientan a hablar. El gran vendedor toma su teléfono, hace citas y visita a sus prospectos. Imitar estas acciones nos puede acercar a nuestros resultados… ¿O no? Le diré que solo es un buen inicio.